El jefe de Policía Local de Burgos reconoce que no estaban prevenidos ante la tromba de agua del día grande de las fiestas

Burgos

El Intendente Jefe de la Policía Local de Burgos, Félix Ángel García, reconoce que no estaban prevenidos sobre la tromba de agua que descargó sobre la ciudad en la tarde del domingo 29 de junio, aunque el dispositivo preparado para las fiestas pudo atender todas las incidencias, que fueron muchas, y confía en la misma respuesta si se repite una tormenta semejante.

A pesar de no estar advertidos de la magnitud de la tormenta, pese a los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se actuó con rapidez y, junto a bomberos y Protección Civil, se pudo solventar la emergencia.

En el Observatorio del aeropuerto de Villafría se contabilizaron 13,4 litros por metro cuadrado en apenas media hora, con vientos de 50 kilómetros por hora. Cayeron 1600 rayos, según los datos de una gran tormenta que afectó a varias provincias de España, según informó el diario El País.

Señala la profesionalidad de muchos agentes, que estuvieron empapados de agua durante horas, hasta que pudieron cambiarse.

El jefe de Policía Local destaca que se han suspendido los permisos y todos los agentes están disponibles para asistir contingencias imprevistas, dentro del plan de seguridad por las fiestas de la ciudad.

Los ciudadanos perciben la presencia de policías patrullando en las calles y cree que contribuye a una imagen de cercanía, que a veces no llega al vecino, que solo ve un cuerpo sancionador.

Félix Ángel García considera que el balance de incidentes hasta ahora en las fiestas es aceptable, más allá de algunos comportamientos relacionados con el consumo de alcohol, aunque sin demasiada trascendencia. En concreto, menciona el entorno de la sala El Andén, donde han intervenido en peleas y en la agresión a una de las bandas musicales que actuaban.

El jefe de policía fue este año el elegido para colocar el pañuelo de fiestas en los hombros de la estatua de El Cid, lo que reconoce que le produjo una gran satisfacción, no solo personal, sino como parte de un equipo que está al servicio de los burgaleses de forma permanente.

"No lloré por vergüenza", confiesa Félix Ángel García, que insiste en que el simbólico pañuelo "no lo pone el intendente de la policía, yo soy la cabeza visible de toda la policía local, de todo mi equipo y con el cual estamos trabajando y un ejemplo son las fiestas".

"Si esto está saliendo bien es gracias a ellos, porque se pueden dar las instrucciones, órdenes, operativos, pero lógicamente ellos son los que luego se ponen a trabajar y demuestran la profesionalidad y la dedicación que tienen, que es de valorar positivamente".

"A nivel personal he sentido un orgullo y satisfacción. Yo soy muy sentimental, muy emotivo y te voy a ser franco ahora. En su momento no lo quise decir, pero cuando me preguntaron, cuando hice ya el acto, no lloré por vergüenza, por la emoción de lo que suponía ese acto".

Una emoción que provenía de todos los vecinos y burgaleses que estaban aplaudiendo, vitoreando por un momento que se ha convertido ya en clásico dentro del programa de fiestas.

Y más, añade el jefe de policía, cuando somos la policía de casa, pero o no se nos entiende o siempre se nos dice algo que no está bien hecho o se nos mira de otra manera. Y ver que hay personas que en ese momento te están apoyando o te están vitoreando, eso es una inyección de moral y de ganas y de motivación insuperable. Y pues ya dije, ahora me estoy casi emocionando, no lloré de vergüenza, así de claro".