Tres millones de euros contra la despoblación mientras la inmigración devuelve la vida a la zona rural

Valladolid

Una de las consecuencias más graves de la despoblación en la zona rural es la falta de los servicios básicos, lo que dificulta la atracción de nuevos habitantes y sobre todo, la retención de los existentes. La Junta de Castilla y León ha destinado 2,8 millones de euros para el mantenimiento de bares y centros de ocio en localidades de menos de 300 habitantes. Ayudas que llegarán a casi un millar de bares y beneficiarán a 96.000 vecinos.

El Consejero de Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha subrayado en la Cadena SER que la existencia de un bar conlleva a una "mejora demográfica", que estos "cumplen una función de carácter social" e incluso una "función asistencial" ante las soledad no deseada que sufren tantas personas en zonas rurales.

La ayuda ofrece 3.000 euros a 933 establecimientos, destinados a gastos de luz, gas, internet... De los locales beneficiados, 263 se encuentran en localidades con menos de 100 habitantes; 289 pertenecen a municipios de entre 100 y 200 habitantes; 83 están en localidades de entre 200 y 300 habitantes y los 298 restantes se encuentran en municipios con más de 300 habitantes.

Todos los municipios que han presentado la solicitud para recibir estas ayudas han resultado beneficiarios. De las 96.000 personas que viven en las localidades donde se ubican los establecimientos, no todas están censadas, por lo que a esta cifra hay que añadirle el número de habitantes que puedan recoger estos pueblos en época vacacional o festiva. En total se estima que las ayudas beneficien y por lo tanto den servicio a cerca de 200.000 personas al año.

Inmigrantes que reviven la zona rural

Tordehumos es uno de esos pequeños municipios con menos de cuatrocientos habitantes censados y donde Julianny Durán acaba de reabrir uno de sus "bares de toda la vida".

Durán es venezolana y vallisoletana, además de la presidenta de la Asociación de Venezolanos en Valladolid (AVEVA). Ella relata que ofrece bocadillos y menús del día a "toda la población trabajadora de la zona sin que tengan que desplazarse veinte kilómetros y ellos lo agradecen".

La presidenta de AVEVA también ha dicho estar muy satisfecha con la adaptación de los y las venezolanas en Valladolid: "Aunque seamos culturas muy similares" la integración siempre cuesta pero dice Durán, que los venezolanos "están muy contentos e integrados" y que a pesar de "tener el cliché de que son muy cerrados, nosotros no hemos sentido esta frialdad y seguiremos aportando cosas positivas a la ciudad".