Un vallisoletano que vive en Noruega nos cuenta cómo es su día a día y las diferencias con España

Valladolid

Lo que iba ser "para un rato" se ha convertido en un cambio vital que suma ya más de una década de vida en el norte de Europa. La historia de este vallisoletano y su familia nos llegó gracias a los 'Amaneceres', una de las secciones del 'Hoy por Hoy', en la que los oyentes explican cómo se presenta su día. Hace unas semanas el turno fue para Alberto:

Este ingeniero encadenaba contratos en la planta depuradora de Valladolid cuando, como tantos otros jóvenes de esta tierra, en su camino se cruzó una excelente oportunidad laboral. La pega: ese empleo estaba a 3.000 kilómetros de casa. En Noruega.

Alberto Pescador y su pareja decidieron que había llegado el momento de hacer las maletas. Ella consiguió un trabajo en apenas un par de meses. Se instalaron en Heggedal, una pequeña localidad de unos 5.000 habitantes situada al sur de Oslo, la capital. Y como tantos otros jóvenes que se mudan, una de sus primeras paradas fue en Ikea. No tanto para buscar muebles como para intentar conseguir un elemento omnipresente en España pero que no forma parte de los recursos decorativos en Noruega: persianas. Y es que en junio, la luz diurna se prolonga durante casi 19 horas.

Esa es una de las cuestiones a las que se han tenido que acostumbrar. También al carácter de la población. Aunque los castellanos tenemos fama de ser un tanto parcos en el trato, por lo que nos ha contado Alberto, comparados con los noruegos, parecemos del centro de Cádiz. Tanto que, cuando regresan con sus hijos y, por ejemplo, en un supermercado alguien se dirige a ellos con alguna palabra afectuosa, la reacción es: "¿por qué me están hablando a mí?", según explica Alberto en su visita a los estudios de Radio Valladolid.

Sistema educativo "diferente"

Y ya que hablamos de niños, es inevitable preguntar por cómo es el sistema educativo en Noruega porque los países del norte de Europa siempre se tienen como referencia en esta materia, sobre todo cuando se publica el famoso Informe PISA que elabora la OCDE. Alberto se limita a asegurar que es "diferente" al español, sin hacer otras comparaciones.

Así, ha relatado como la incorporación al colegio se hace a los 6 años y que hasta esa edad acuden a guarderías en las que el juego "y sobre todo el contacto con la naturaleza" constituyen el grueso de la jornada lectiva. De hecho, también ha indicado como incluso en ese primer curso en el colegio la parte lúdica y la presencia de alumnos y alumnas en el entorno natural es "constante".

En aquel mensaje que dio pie a esta entrevista, Alberto Pescador contaba cómo su hija mediana, que tiene 6 años, acudía sola al colegio, "algo completamente normal", según apunta. De hecho las familias organizan grupos de niños y niñas que, sin supervisión adulta, hacen la ruta a pie que les conduce cada mañana hasta las clases.

Si la cosa va de poner notas, lo que no llega al aprobado o lo hace a duras penas son otras cuestiones que responden a otra duda sobre el hecho de que desde el sur del continente haya cierta tendencia a idealizar el modo de vida en países como el que acoge a Alberto y su familia. En el apartado del 'debe', anota las carreteras donde la red viaria patria es "sensiblemente mejor" que la noruega. Y también un asunto que centra muchas críticas en el debate doméstico pero que, de manera coincidente, destacan quienes viven fuera: la sanidad. En Noruega, en primer lugar se aplica un "pequeño copago" pero "ni las instalaciones ni su funcionamiento" resisten la comparación con la prestación que recibimos aquí. Un recordatorio importante sobre la necesidad de preservar la que quizá es la 'joya de la corona' del estado del bienestar en España.

BYOB

Bajo estas siglas que responden a la expresión anglosajona 'Bring your own bottle' se puede resumir una de las costumbres sociales en el país de los fiordos. Dado que una pinta de cerveza tirada en barra cuesta 130 coronas (unos 12 euros) cuando alguien es invitado a un domicilio para alguna celebración lo habitual es que cada cual aporte su correspondiente ración de bebida. Así, Alberto ha contado cómo vivió "con cierta sorpresa" como, en una de las primeras citas sociales a las que acudió, uno de los invitados se levantaba periódicamente de la mesa. Su destino: coger una de las cervezas que había traído con él.

Esto, en el apartado húmedo. Porque en el sólido, la gastronomía noruega no se distingue por su variedad, tal y como reconoce nuestro invitado. Más allá del salmón, uno de los emblemas del país, el resto de la propuesta es bastante limitada "y muy apoyada en la comida norteamericana", con hamburguesas o pizzas "de muy buena calidad" pero que no rivalizan, concluye Alberto, "con las tortillas de patatas que preparamos en casa".

Una casa en la que, mientras se cocina, también suena la radio, esa que al principio de este relato nos ha permitido conocer a Alberto. Gracias a las aplicaciones para dispositivos móviles, se pueden levantar, como más de 4.650.000 españoles cada día, con la programación de la SER. Un poco de 'Hoy por Hoy' antes de ir a trabajar, 'La Ventana' en el regreso a casa y, eso sí, 'Hora 25' "en formato podcast, "porque nos acostamos muy pronto". Y sin persianas.