Una propuesta ciudadana plantea reducir el escenario de la Plaza del Trigo en Sonorama

Aranda de Duero

Una iniciativa ciudadana propone que se reduzcan las dimensiones del escenario de la Plaza del Trigo para los conciertos del festival Sonorama Ribera, Señala que lo plantea con los objetivos de mejorar la seguridad, los accesos y la comodidad del público sin alterar la programación artística ni el espíritu del evento. La idea parte de Gelo Quero Miquel, que, a través de un detallado escrito, pide a las autoridades y a la organización del festival que valoren una reducción del escenario instalado en ese punto emblemático del casco histórico de Aranda de Duero.

Un mismo espacio para dos eventos muy distintos

El texto parte de una comparación entre los dos eventos que cada verano comparten escenario en la Plaza del Trigo: el Certamen Internacional de Bandas de Música “Villa de Aranda” y los conciertos de Sonorama. Mientras el primero es un espectáculo ordenado, con público familiar y asientos colocados, Sonorama atrae a miles de personas a un mismo punto, generando aglomeraciones en un entorno urbano de calles estrechas.

Quero argumenta que el escenario utilizado actualmente es sobredimensionado para los conciertos de Sonorama, ya que rara vez las bandas superan los seis o siete músicos. Sin embargo, se emplea la misma estructura modular de gran tamaño que se utiliza para las bandas sinfónicas del certamen. Esta ocupación masiva bloquea accesos, dificulta la circulación, y, sobre todo, complica las tareas de evacuación o respuesta ante emergencias.

Sobra una tercera parte del espacio

La propuesta concreta es reducir aproximadamente un tercio la superficie del escenario que se instala durante Sonorama en la Plaza del Trigo. Con ello, se liberarían accesos laterales —como las calles Boticas y Béjar—, se ampliaría el espacio útil para el público, y se mejoraría la ventilación y la movilidad interna.

Además, se hace una reflexión específica sobre los llamados “conciertos sorpresa”. El autor advierte que mantener en secreto la identidad de los artistas puede generar acumulaciones imprevistas de público y aumentar el riesgo en un espacio ya de por sí saturado. Se propone, por tanto, comunicar con antelación al menos los horarios y el tipo de actuación, para que los servicios de emergencias puedan anticiparse con mayor eficacia.

Llamamiento a las autoridades

El texto concluye con un llamamiento dirigido al Ayuntamiento de Aranda, a Protección Civil y a la propia organización del festival. Lejos de criticar el evento, la propuesta busca abrir un diálogo constructivo, basado —según remarca su autor— en la experiencia directa, la observación y el sentido común.

“Una simple reducción de 3 o 4 metros en la estructura del escenario puede marcar la diferencia entre un concierto cómodo y seguro o una plaza colapsada”, señala Quero, que cree que “es momento de escuchar a la ciudadanía y actuar con responsabilidad”.