Ribera del Duero aprueba las Normas de Vendimia con más controles y trazabilidad obligatoria

Roa de Duero

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero ha aprobado las Normas de Vendimia para la campaña 2025 en la un pleno celebrado el 25 de julio. El acuerdo ha sido publicado este lunes 5 de agosto en el Boletín Oficial de Castilla y León, dando así carácter oficial a un conjunto de directrices que marcarán el desarrollo de la próxima campaña vitivinícola.

Entre las medidas adoptadas, destaca la obligatoriedad de que viticultores y bodegas dispongan de un sistema de autocontrol y trazabilidad documentado. Este sistema deberá acreditar el origen de la uva, las variedades empleadas, los rendimientos por hectárea, el grado de maduración, el estado sanitario de la vendimia y la extracción de mosto. Para facilitar el cumplimiento de estos requisitos, se podrá utilizar como soporte parcial la plataforma WebBacchus, que será también el canal obligatorio para la comunicación de operaciones clave como el inicio y cierre de vendimia, el transporte con vehículos de más de 2.500 kilos, el uso de parcelas para fines distintos a la D.O., o la agrupación y segregación de parcelas.

Se mantiene la exigencia de graduación mínima para la uva entregada: 11 grados Baumé en el caso de las variedades tintas y 10’5 para las blancas. También se fija un rendimiento máximo de 72 litros de vino por cada 100 kilos de uva. Cualquier partida que no alcance estos parámetros deberá ser autodescalificada. Además, se intensificarán los controles de campo, las inspecciones de entrega y las auditorías sobre trazabilidad, con especial atención al cumplimiento de los rendimientos y a la gestión documental.

El uso de la Tarjeta de Viticultor sigue siendo imprescindible para entregar uva en las bodegas inscritas. Su uso es personal e intransferible, y su renovación tiene un coste de 15,55 euros más IVA. También se aplicará una tarifa de 22,80 euros por hectárea o, en su defecto, un mínimo de 11,40 euros por parcela cuando sea el propio Consejo quien deba realizar el cierre.

Se refuerza la figura de las microparcelas vitícolas, dirigidas a preservar el patrimonio genético de viñedos antiguos plantados antes de 1982. Estas parcelas, menores de 0,3 hectáreas, podrán agruparse de forma automática, aunque los titulares tienen de plazo hasta el 6 de septiembre para solicitar modificaciones o actualizaciones.