¿Tras los incendios, qué?: es clave el suelo, el pastoreo y evitar urbanizar montes
La organización WWF pide hacer un plan que rediseñe el lugar desde cero.

Ramas quemadas apiladas tras el incendio de Tenerife / Lucía Mora

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Hora 14 Castilla y León (15/08/2025)
El impacto de grandes incendios forestales como los que está viviendo toda España van más allá de las imágenes de la destrucción que genera el fuego. León y Zamora son dos de las provincias que más tiempo tardarán en recuperar la masa forestal perdida al contabilizarse decenas de miles de hectáreas -solo en el de Molezuelas se superan las 31.000-.
Pero cuando estos incendios se sofoquen, el paisaje seguirá teñido de negro más tiempo del que la gente que no sea de la zona pueda llegar a recordar. Por ello desde la organización WWF España consideran esencial trazar un plan que comience desde cero: "genera un impacto ambiental en la vegetación, hay animales heridos que huyen asustados y se pueden ver afectados los cauces de los ríos" explica Diana Colomina, responsable del área de Bosques en esta organización.
Pero va mucho más allá, el impacto social que genera en aquellos habitantes, muchos de ellos sufriendo incendios en las mismas localidades o en algunas próximas año tras año, termina afectando a la tranquilidad emocional. Personas que pierden su puesto de trabajo como consecuencia de estos siniestros y el daño que genera vivir y ver cada día un paisaje calcinado.
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Colomina recuerda que las administraciones deben ponerse cuanto antes a trazar una línea de trabajo pero esta debe pensarse a conciencia: "Una zona afectada por incendio, lo primero que debe hacerse es proteger el suelo para evitar que cuando empiecen las lluvias pueda perderse la materia que regenera un bosque, además de esperar a que la Naturaleza, favorecer la regeneración natural y plantar solo cuando sea necesario".
La gran clave es, a su juicio, rediseñar el paisaje y sustituir las grandes masas forestales en las que solo hay una especie por un "mosaico" de bosques y pastos que, a la larga, actúen como cortafuego natural ante un posible incendio futuro.
Urbanizaciones en el monte, otra causa
Por su parte, en aquellas zonas donde no se ha producido un incendio pero hay riesgo de que pueda suceder, Colomina considera que es esencial "priorizar" las zonas críticas e identificar las zonas con grave riesgo de incendios, algo que ya recoge la legislación actual para saber dónde intervenir: "Hay que hacer esfuerzos preventivos extras, combinar agricultura con ganadería extensiva y masas forestales que rompan la continuidad del combustible, reducir biomasa y romper con la continuidad de especies que puedan servir de combustible".
Una gestión forestal que tiene una solución mucho más simple de lo que se cree y que bastaría con apostar por volver al campo con el pastoreo y un monte activo que reduzca el riesgo. Además cree que es clave es ordenar el espacio urbano y forestal en estas zonas: "En los últimos años ha habido un crecimiento caótico de urbanizaciones en el monte y eso incrementa mucho el riesgo de incendios que afecten a personas y bienes".
En Castilla y León se estima que cerca de 5 millones las hectáreas forestales existentes y de ellas la mitad tiene a alguna administración pública como entidad propietaria.

Diego Villacorta
Es periodista y cubre información local y autonómica




