Tiempo de reflexión y aprendizaje
La firma de Ángel Martínez

La firma de Ángel Martínez "Tiempo de reflexión y aprendizaje"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Aranda de Duero
Estamos a un paso de terminar agosto y finalizar el verano. No he tenido un descanso al uso con viajes largos, salidas al extranjero, hoteles con spa, tumbonas al sol,…
Ha sido un verano de nietas, cocinando para la tribu, regando el huerto y poco más. Eso sí, he encontrado muchos lamentos, no solo en Aranda, sobre la situación política, lo mal que va todo, malestar verbal que se siente en general. Y digo malestar verbal porque las carreteras están a tope de coches, las terrazas con esperas, los aparcamientos en las playas completos a pesar de los pagos, los restaurantes sin cita no tienen sitio, los precios disparatados no ahuyentan a nadie,…
Todo esto me ha permitido realizar algunas (pocas) reflexiones: da la sensación de que fuéramos huyendo sin rumbo, sin demasiado sentido; que la queja fuera nuestro eje vital, que no estuviéramos satisfechos con nada.
Me he permitido realizar algunas anotaciones por si las podemos compartir para salir de esta huida a ninguna parte con quejas ineficaces que nos llevan a la insatisfacción personal.
A veces, una salida de un día a la Fuentona de Soria o al sabinar de Calatañazor con comida (incluso de menú), una visita a la provincia de Palencia (a cualquier lugar porque hay arte de norte a sur y de este a oeste), un par de días o tres en Cantabria para escuchar las olas o pasear las playas, unas visitas a nuestra comarca de la mano del programa “Te enseño mi pueblo”, la asistencia al Verano Cultural de Milagros o un paseo por Segovia (aunque hayamos estado veinte veces), es suficiente para con buena compañía huir de colas, atascos, cabreos, aglomeraciones,…
En el Centro de Interpretación del Sabinar de Calatañazor estuvimos solos, pagamos un euro, creo, por persona; aprendimos, gozamos de un buen proyecto didáctico y acabamos diciendo que había que volver porque nos quedaba mucho paisaje por gozar.
Lo que digo: tenemos un entorno tan repleto de ideas que no sé si merece la pena huir para quejarnos de lo insatisfechos que estamos.
Un abrazo de tranquilidad y paz.




