El Ministerio de Cultura inicia el expediente para la declaración de las regaderas como Patrimonio Cultural Inmaterial
Sistemas históricos y tradicionales de regadío

Regadera en Nava del Barco./SER Ávila

El Ministerio de Cultura ha incluido las regaderas del Alto Tormes en el expediente iniciado para la declaración de ‘Los sistemas históricos y tradicionales de regadío’ como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Las regaderas son canales o acequias construidas de manera artesanal para llevar el agua desde el Tormes hasta las tierras de cultivo mediante turnos y normas comunitarias establecidas entre los regantes, y cuya recuperación promueve la Asociación de Comunidades de Regantes Históricas y Tradicionales del Alto Tormes según ha reconocido el secretario de la asociación Alberto Martín.
La finalidad de este reconocimiento, que beneficia al conjunto de regadíos tradicionales del país, entre ellas las de Ávila, Segovia o León, es poner en valor un sistema de riego que ha sido clave en la configuración del paisaje, la economía y la vida social de la comarca del Alto Tormes.
La medida reconoce su importancia como legado colectivo forjado a lo largo de siglos de interacción entre las comunidades humanas y el medio natural, consolidado a través de conocimientos técnicos, formas de gobernanza y prácticas culturales transmitidas de generación en generación.
El conocimiento y las técnicas del riego tradicional se transmiten tanto de forma escrita pero fundamentalmente a través de la oralidad, a través de la experiencia y la práctica comunitaria, asegurando la continuidad y actualización de los saberes. Así pues, constituyen una parte esencial de la identidad colectiva de numerosas comunidades, reflejada en expresiones culturales muy diversas: rituales, festividades, toponimia y formas de vida asociadas al agua y a la tierra.
Los sistemas históricos y tradicionales de regadío son creaciones colectivas fruto de una evolución social y ecológica indisociable en los socio-ecosistemas a través de los siglos.
Según recoge el documento que inicia el expediente, el interés en declarar «Los sistemas históricos y tradicionales de regadío» como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial viene justificado por tratarse de sistemas que integran valores culturales, sociales, económicos, productivos, ambientales, ecológicos y paisajísticos. Agrupan un conjunto de conocimientos, técnicas, expresiones, formas de organización comunitaria y normas consuetudinarias transmitidas de generación en generación que constituyen un valioso Patrimonio Cultural Inmaterial, además de un complejo conjunto de bienes materiales, tanto muebles como inmuebles (infraestructuras, herramientas, espacios culturales).
Desde el Ministerio considera que han estructurado mecanismos de gobernanza y gestión colectiva, atribuyendo roles, normas de distribución consensuada y equitativa del agua, sistemas de mediación y resolución de conflictos, etc. Además, funcionan como instrumentos de cohesión social y participación en la defensa de recursos comunes.
El regadío tradicional fue incluido en 2023 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, lo que confirma su relevancia internacional.
Sin embargo, los sistemas históricos y tradicionales de regadío se enfrentan a riesgos y amenazas derivados de la crisis de la agricultura tradicional, la presión urbanística, la despoblación rural, la tecnificación agraria, la pérdida progresiva de conocimientos tradicionales sobre gestión de agua en un contexto de escasez hídrica potenciado por el cambio climático.




