Así es la tecnología que espía el subsuelo para descubrir estructuras ocultas en el yacimiento de Klounioq

Quintanarraya

El equipo de investigación del yacimiento celtíbero de Klounioq ha completado la prospección con georradar de un área de 6.500 m² de la zona baja del oppidum. Un trabajo que se llevaba a cabo a lo largo de la jornada del pasado 17 de septiembre y que supone aplicar una técnica no invasiva al terreno para obtener información sin necesidad de excavar. Se llevó a cabo con el apoyo del CAI de Arqueometría y Análisis Arqueológico de la Universidad Complutense de Madrid, y en este caso busca identificar estructuras arquitectónicas ocultas o su rastro si han desaparecido, dando continuidad a los trabajos de la campaña de excavación de agosto.

La prospección se centró en la parte baja del yacimiento después de que fotografías aéreas realizadas en época de secado del cereal sugirieran la posible existencia de construcciones no visibles en superficie. Para superar las dificultades del terreno, se utilizó un georradar con antenas de 200 y 600 MHz, montado en una carretilla de orugas transportadora que permitió un barrido de 1,8 metros de ancho.

Esta tecnología, conocida como georradar (Ground Penetrating Radar), es una técnica geofísica no invasiva que envía pulsos electromagnéticos al subsuelo. Funciona detectando las reflexiones de estas ondas, que se generan por los cambios en las propiedades del terreno, lo que permite visualizar y mapear estructuras enterradas y la estratigrafía del suelo sin necesidad de realizar excavaciones. Su uso en arqueología es crucial para planificar futuras excavaciones de manera más precisa y eficiente.

Los resultados de esta prospección proporcionarán datos valiosos para el equipo de Klounioq, que se espera que confirmen la presencia de estructuras arquitectónicas y ayuden a orientar las futuras líneas de investigación.

Expolio en el yacimiento

Como ya avanzo en la Cadena SER el responsable del yacimiento, Luis Valdés, a lo largo de la jornada se observó que había claros indicios de expolio reciente en la zona investigada y se comunicó al SEPRONA para realizar la correspondiente denuncia. Explican desde el equipo de profesionales que "lamentablemente estos expolios se han producido en más ocasiones y suponen una gran adversidad para la investigación porque destruyen de forma irreversible el conocimiento y la historia que un yacimiento puede ofrecer."

Klounioq, un asentamiento poco conocido

Este asentamiento ha sido poco atendido por parte de la investigación, aunque hubo algunas intervenciones a principios del siglo XX, como las de Sentenach, Calvo o Taracena. Otros investigadores, como Osaba, Abásolo, García y Sacristán, han debatido sobre su ubicación hasta llegar al consenso de localización actual; sin embargo, no ha sido investigado arqueológicamente con la intensidad que merece.

Klounioq se encuentra sobre los cerros conocidos como ‘Los Castrillos’, en los municipios de Quintanarraya e Hinojar del Rey (Burgos). Klounioq fue un importante enclave estratégico, situado en la divisoria de las etnias arévaca con la vaccea. Es citado por primera vez por Ptolomeo (Gr. II, 6, 55), al que seguirá Plinio (HN. III, 4, 26) que lo designa como el “confín de la Celtiberia”. La ciudad indígena se enfrentó al ejército romano republicano en dos asedios conocidos por las fuentes clásicas. Tito Livio recoge que en Klounioq, Pompeyo asedia a Sertorio en el 75 antes de Cristo. Y Dión Casio (39, 54) narra el asedio frustrado y la retirada de Metelo Nepote en el 56 antes de Cristo. Estas citas han sido refrendadas por la investigación arqueológica con el descubrimiento de seis campamentos que circunvalan el castro, de norte a sur por el este (Valdés, L. et al, 2017).

Un siglo más tarde la Clunia romana es un hecho, pero desconocemos cómo y cuándo pasó la aristocracia de Klounioq a la nueva ciudad que ocupa el vecino cerro de Alto Castro, en Peñalba de Castro.