El oso se salta las medidas de prevención y arrincona al ganado en Caboalles de Abajo
La Junta vecinal y la asociación de ganaderos advierten de los constantes ataques y exigen medidas para garantizar la supervivencia de animales y antes de que haya incidentes graves con personas
Ataque oso pardo a ganado, archivo / slowmotiongli
Ponferrada
La Junta Vecinal y la Asociación de Ganaderos de Caboalles de Abajo exigen a la Junta de Castilla y León y a la Fundación Oso Pardo que se adopten medidas urgentes y eficaces para frenar la incursión de osos en el pueblo y el constante ataque al ganado, situaciones que se han convertido ya en un verdadero problema para la supervivencia de las explotaciones extensivas en la comarca de Laciana.
En un comunicado muestran su preocupación por los numerosos ataques de osos sufridos en los últimos meses en la Comarca de Laciana, que están ocasionando riesgo para la seguridad de las personas pero sobre todo graves perjuicios a los ganaderos de ovino que se han convertido en presa de plantígrados no solo en los montes y pastos, sino también en cuadras y en medio de las casas.
Los ganaderos, aseguran que los ataques continúan incluso aplicando las medidas preventivas de convivencia como uso de mastines, encuadre del ganado o vigilancia constante. Además, la actitud de algunos ejemplares de oso aseguran que no es la habitual: matan por matar, dejando a su paso varios animales muertos. Piden soluciones efectivas antes de que pueda lamentarse algún incidente con personas y remarcan que no se puede dejar arrinconado el problema por el que está pasando la ganadería que es el pilar económico, social y cultural del valle.
Además denuncian la excesiva burocracia y tardanza en el cobro de indemnizaciones, muchas veces rechazadas por motivos insuficientes. Mantienen que las resoluciones no solo se demoran más de un año sino que además las cuantías que se abonan no reflejan el valor real de los animales ni los daños ocasionados.
Exigen por tanto que las indemnizaciones sean justas, ágiles y realistas, acordes al perjuicio sufrido, y que se reconozca el esfuerzo de los ganaderos por mantener la actividad en un territorio donde la convivencia con la fauna salvaje cada vez resulta más difícil.