De Río de Janeiro al Río Duero: Ángela Gavilán, artista en el pleno sentido de la palabra

Aranda de Duero

Hoy hablaremos de palabras, con palabras; sobre aquellas, éstas y otras palabras; quizá sobre las dichas, escuchadas, dibujadas, escritas, pintadas, pensadas o calladas. Buscando en ellas, en su interior y aspecto, la verdad de lo vivido y sentido, los destellos de la memoria, los desgarros del arte, la expresión de los pensamientos.

Conversamos en esta nueva entrega de los Viajes por la memoria con la poeta, pintora, ilustradora, librera y entregada al arte ÁNGELA GAVILÁN.

Su pasado Carioca

Tras la introducción de Ausen Frutos, saludamos a una artista en todas facetas entre las que se le hace difícil elegir. Y que nació en el seno de una familia española... en Río de Janeiro. "Mi padre era fotógrafo y salió de España ya con un trabajo allí con dos hijos; mis hermanos, que nacieron en Madrid. Y nosotras, las gemelas, nacimos allí por sorpresa. Somos cariocas pero con nacionalidad española. Hemos estado con las dos nacionalidades, pero llega un momento en el que se hacen tan difícil los papeles que...", explica. "Mi madre llevaba la tortilla a la playa. Recuerdo los paseos... Y a unos padres muy currantes que tenían el estudio de fotografía en casa. Nunca conocimos Brasil. En la misma calle que salía a la Playa de Bahía estaba nuestro cole. Son sensaciones de luz y sosiego. Así son allí", dice, recordando su infancia. Hasta que al cumplir los 15 años su hermana mayor (en Brasil se hace fiesta con tal motivo) sus padres deciden volver al ver la familia que habían dejado aquí. Eso sí, fue en un contexto difícil. En pleno año 72, con 12 años, y con una crisis "bestial".

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Su hermano, médico, se quedó allí y conoció a otra médica. Es lo que le mantiene contacto con Brasil, aunque se define como "importadora" de las sensaciones que se viven en el país. Gavilán conoció a Elías, su marido, con el que unos años después de estar en Madrid -allí apostó mucho por el arte- llegó a Aranda. Alguien también relacionado con las artes y el asociacionismo, por cierto. Aquí formaron su familia, y nacieron sus no pocos hijos. "Aranda nos acogió. Aquí destaco el amor recién estrenado con Elías, cuando nacen nuestros cuatro hijos, y luego la amistad. Porque nuestros amigos también son nuestra familia", define.

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Gavilán acoge las técnicas y el paisajismo que pintaba su padre. De él aprendió mucho. "Lo llevas dentro, lo aprendes sin querer", revela. Porque Ángela es artista en el pleno sentido de la palabra. "Con el colectivo ARA presentó un proyecto al Ayuntamiento de pintura mural. Fue el inicio de pintar. Y luego nos vinimos al centro. Sabíamos que pintábamos en paredes que luego se tirarían. No nos poníamos puntillistas. Pero tenemos el archivo de fotografías. Cerca de la emisora queda precisamente uno, del año 94", detalla. También ilustró libros, tanto los escritos por ella, como por otros. "Mis ilustraciones son dibujos, gestos, no llevan colores.

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Todo Libro

Almudena Grandes, Guillermo Galván, o Benjamín Prado entre otros fueron algunos de los grandes nombres que pasaron por la librería que montó Ángela, y que bien resume un cuaderno que publicaron en su 20 aniversario. "El año que abrimos la librería yo empiezo a trabajar en el Centro de Adultos como profesora de pintura. Es un proyecto pensado de hace años, porque Elías ya vendía libros. Se ponía los domingos con una mesa enfrente de La Perla. En Brasil al tener mucha vida en casa era muy lectora. Y decidimos montar esa librería, solo libros", comenta.

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Gavilán también se preparó para enseñar, formándose previamente. Y entre sus muchos proyectos, también destaca un pequeño libro 'Amar, amar', que ha detallado. Ahora está en su colección de tortuguitas, pero también en muchas otras cosas. Con relatos, poemas de casas. Y sigue dibujando. Porque ella es una artista en el pleno sentido de la palabra.

La charla al completo puede reproducirse en el audio superior.