"Tengo la esperanza de trabajar para ayudar a mis padres en Senegal"

Burgos

La población extranjera ha aumentado en Burgos más del 30% desde el final de la pandemia y representa casi el 11% de la población total de la provincia, según la Pastoral de Migraciones de la Iglesia católica, que celebra sus 25 años de ayuda a los inmigrantes más desfavorecidos.

La casa de Acogida San Vicente de Paúl, Cáritas, Atalaya Intercultural y el programa Betania de Adoratrices, son el primer recurso de acogida para las personas como Ibrahim Diouf, que llegó en patera con 16 años, ahora tiene 18, lo cuidan las monjas en Burgos y estudia 3º de la ESO con la esperanza de tener un trabajo, de camarero o panadero prefiere, para ayudar a sus padres que viven en Senegal.

La red de centros y programas de la Pastoral de Migraciones, con el papel esencial de los voluntarios, procura una integración social inmediata en el idioma y costumbres.

Carlos Gutiérrez, agente de pastoral en una parroquia, sostiene que puede haber diferentes religiones y culturas, pero en el fondo, las personas migrantes no son tan distintas a nosotros y quieren a sus familias y anhelan un futuro mejor. Se hacen fotos sonriendo para que sus familias vean que están bien, aunque no sea del todo cierto.

La delegada diocesana de migraciones, Hilda Vizarro, afirma que las guerras y la violencia social en los países de origen son la razón principal del fuerte incremento de nuevas llegadas, que elevan las cifras a máximos históricos, con 39.000 extranjeros empadronados en esta provincia, de los que casi 20.000 cotizan a la Seguridad Social y el paro entre ellos es de poco más del 10%.

La estadística constata que hay más extranjeros residentes legales que los empadronados en la provincia de Burgos, debido a una gran movilidad. Entre los que tienen la residencia, más del 70% son de la Unión Europea o familiares. Rumanía, Colombia, Bulgaria y Marruecos, son, por este orden, las nacionalidades más numerosas en el contexto provincial.

Hilda Vizarro argumenta que gracias a la aportación de las personas extranjeras, que han pasado de 2.200 a 39.000 en este siglo, la provincia ha ganado habitantes, en un contexto de pérdida de población continuada por la caída de la natalidad.

Los últimos cambios en el Reglamento de Extranjería favorecen acceder al arraigo al reducirse el tiempo de estancia en España de 3 a 2 años y se suavizan las exigencias para renovar autorizaciones iniciales de un año y evitar casos de irregularidad sobrevenida.

Sin embargo, la modificación que entró en vigor el pasado mes de mayo tiene un impacto negativo en las personas que solicitan asilo y protección, que se deniegan en un porcentaje muy alto, lo que los sitúa de nuevo en situación irregular. Hilda Vizarro cree que se ha perjudicado a los que llegan huyendo de la persecución política en sus países.

La Iglesia católica celebra del 28 de setiembre al 5 de octubre la Jornada de las Migraciones con diferentes actos en Burgos, religiosos, pero también de visibilidad social, con el lema 'Migrantes, misioneros de esperanza'.