Los malos humos

Juan Miguel Alonso

León
Algunas cosillas se explican con dificultad en la res pública y , a veces , ni se explican.
Me vienen a la azotea estas filosofías cuando observo la ausencia de argumentos que se aportan desde ayuntamiento capitalino y consejería quiñonesca sobre la planta de Biomasa que pretende montarse en Puente Castro. Más allá de las manidas oportunidades que no pueden perderse , la cuantía estratosférica de la inversión y el compromiso light con un medio ambiente que hemos dejado arrasar durante semanas este mismo verano, nadie con mando en plaza ha explicado blanco sobre negro qué se va a quemar, en qué cantidades, qué beneficio económico y medioambiental se deriva y , sobre todo, lo inocuo o nocivo que para la salud de los vecinos resulta la mentada industria.
No es extraña la oposición vecinal al proyecto toda vez que nadie ha explicado, con datos y argumentos las bondades de la cosa y la mosca anida detrás del pabellón auricular cuando se recuerda que una planta similar fue desterrada del Ayuntamiento de Villaquilambre por mor de un acuerdo firmado por el mismísimo Mañuequis con independientes varios para recuperar la alcaldía municipal. La poltrona de Manolín bien valía esa misa.
Ahora, se retranquea el proyecto inicial , y se cede a Somacyl , un ente oscuro que maneja entre bambalinas la propia Junta, la ocupación de los terrenos de dominio público que cuentan con protección natural y especial . Todo un expediente lleno de niebla y oscuridad.
Convendría que el Ayuntamiento y la Yunta se pusieran a la labor de explicar con claridad las bondades de la cosa y que no se despreciara el diálogo con los vecinos, no vaya a ser que , en las siguientes elecciones, los votantes monten también una máquina de quemar las papeletas impresas con la tinta de la prepotencia y el desprecio.




