CRA Diego Marín: 100 años de educación rural desde Peñaranda de Duero

Peñaranda de Duero

Un siglo enseñando, acompañando y dejando huella en un lugar de aprendizaje y de sueños cumplidos. Porque son 100 años que cumple el CRA Diego Marín en Peñaranda de Duero, desde el que hoy la SER ha desarrollado una programación especial para conocer el pasado (hemos conocido los orígenes del centro, y su construcción), el presente (hemos podido escuchar las canciones y las presentaciones de los alumnos, y hablar con algunos de los profesores), y el futuro de este centro educativo, con proyectos y sueños en mente por cumplir.

Ángel Abad, director del centro, confirma que antes el colegio eran unas cuadras. El bisabuelo de la farmacéutica que regenta la farmacia en activo más antigua del país decidió que ese no era lugar para los niños. Y hoy su biznieta, Maria José Jiménez, también nos ha acompañado. “Creo que fue una obra con mucha visión de futuro, porque hoy no es muy diferente. Nuestras raíces están aquí, y tanto yo como mis hermanos hemos estudiado en este colegio. Mi bisabuelo a parte de ser influyente, fue doctor en farmacia y adoraba la enseñanza. Estuvo muy relacionado con ella. Y en Aranda, fue director del colegio Vera Cruz”, apunta, destacando también la historia de una botica de 300 años que se ha mantenido fiel, “porque se ha conservado aunque no siempre ha sido fácil, pero se ha conseguido y con la sensibilidad de valorar la historia y lo que había ahí, que es la transmisión de lo que era la farmacia, y que está modernizada”.

Conchi, de alumna a profesora

Hablar de Diego Marín es hablar de Conchi. Alguien que fue alumna y posteriormente profesora, dejando huella en el centro (hasta el punto de tener un aula a su nombre) y que hoy también nos acompaña. “He intentado siempre enseñar lo que yo sabía. He estado siempre muy feliz en la escuela. En mis tiempos los niños no lo saben pero a los 10 años te tenías que ir de la escuela si querías seguir estudiando. Las niñas jugaban en un cacho del patio, los chicos en otro”, recuerda alguien que ha dedicado su vida a ser maestra rural, y que nunca quiso irse a una ciudad.

¿En el comedor? Comida casera

El presente pasa por los fogones también. Y por que en este centro se tira de comida casera. “Nada tiene que ver las lentejas de Pili (Pilar Juez) con unas precocinadas”, afirma el director. “Los niños me quieren mucho. Y yo a ellos también”, reconoce Pili, alguien cuya madre fue también cocinera del centro, y que a día de hoy cocina para 45 jóvenes. “Yo es que me he criado aquí. Me gustaba porque veía a mi madre, pero al final quedé aquí. Me propusieron hacer su trabajo, y me gustó porque los niños me encantan. El menú te sale del alma. Cuando empecé era diferente porque antes lo llevaban los profesores y te daban más opciones, y te dejaban comprar. Ahora hay muchos controles”, añade, reconociendo que hay un niño “que todos los días va a darme las gracias”.

Y el tramo final tiene paso para Efrén, que además de ser profesor, es concejal del consistorio. “Un pueblo o un Ayuntamiento que no apoye a un colegio es un problema. Esto es un colegio rural. Yo me considero maestro rural. Y creo que este ayuntamiento siempre ha apoyado al colegio, y hay que decirlo, es el mejor de toda la provincia”, asevera, dando datos del reconocimiento.

Como cierre, los propios alumnos presentan a José Antonio Antón, Director Provincial de educación de Burgos y Javier Palacios, inspector de educación. “La renovación de las instalaciones, los nuevos espacios, las tecnologías (porque este centro ha destacado)… Se está haciendo un gran esfuerzo por actualizar los equipamientos. Evidentemente este centro destaca. La calidad se mantiene, y es una referencia”, explica Antón. “Compartimos los problemas y las expectativas. Y cuando visitamos un centro y vemos necesidades, nos marchamos pensando en ellas y en buscarlas respuesta”, sentencia por su parte el inspector.

El programa al completo se puede reproducir en el audio superior.