De Senegal a Moradillo de Roa

Moradillo de Roa

En una tierra como la Ribera del Duero, donde diversas nacionalidades conviven en armonía, la integración es una punta de lanza que también se demuestra en el medio rural. Y eso se visualiza en localidades como Moradillo de Roa, donde en los últimos años se ha asentado una 'colonia' senegalesa. Un número de alrededor de una decena de vecinos procedentes del país africano se han asentado en la localidad, formando parte de su día a día.

Explica el alcalde, Javier Arroyo, que "hay una población establecida, durante todo el año, de entre 8 y 10 senegaleses pero que en meses como enero o febrero aumenta, y llega a más de 20 o 30 en verano y época de vendimia". "Principalmente lo que les atrae es el trabajo del sector primario. Es una población que cayó bien en Moradillo, se fue asentando, muchos es anecdótico pero son marineros, pero se acostumbran muy bien al viñedo, viven felices y convivimos muy bien con ellos", añade el primer edil. En muchos casos, explica, muchos de ellos se van a la aceituna o a las manzanas algunos meses, pero luego regresan.

Pero su asentamiento va en serio. "Hay un grupo de dos o tres senegaleses que están mirando la opción de alquilar o comprar una casa, para traerse a sus familias a vivir aquí. Ellos ven que hay trabajo estable cada año en la zona. Y eso crearía una población más establecida y más vida en el pueblo con todo lo que eso conlleva", define Arroyo, que también ha destacado otra cuestión relevante, como es la ayuda hacia esta colonia de senegaleses para que puedan aprender el idioma.

Enseñanza en las aulas

Y esa ayuda es posible gracias a Carmen, una profesora jubilada, con mucha vocación. "Pensó la posibilidad de dar clase a este grupo de senegaleses. Con idioma, lengua y matemáticas. El Ayuntamiento se puso a su entera disposición, cediéndole un aula, material escolar, y se nota. Se nota en el habla, en la escritura, que los alumnos que van a clase van mejorando pero a pasos agigantados", sentencia Arroyo, que como viticultor, finaliza poniendo en valor una vendimia que, aún para algunos, aún sigue en marcha.