Los lapsus
Las Claves de Pedro Brouilhet, párroco solidario del barrio de San Antonio y Grijota (Palencia)

Palencia
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se ha convertido en la protagonista de la sesión de control en el Senado por un lapsus que no pasó desapercibido. Mientras respondía a la portavoz del PP, Alicia García, Díaz afirmó: "queda Gobierno de corrupción para rato", cuando en realidad quería decir "Gobierno de coalición".
Todos recordamos errores de muchos dirigentes. Mariano Rajoy es el maestro de los lapsus. Cerca de nosotros, en nuestra ciudad, el tema de las basuras ha llevado a declaraciones difíciles de entender.
Cuando alguien ocupa un cargo público, sus palabras tienen peso. Un lapsus puede parecer pequeño, pero refleja cómo muchos políticos improvisan o repiten discursos sin entender realmente lo que dicen.
Los lapsus se corrigen con preparación, equilibrio y responsabilidad. No podemos evitar que las autoridades sean humanas, pero sí podemos exigir que sean conscientes y coherentes No se trata solo de hablar bonito, sino de pensar antes de hablar. Porque cuando el discurso público se llena de errores, también se llena de dudas, que cada vez alejan más a la población de nuestros dirigentes.




