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El matchball, para Aranda

Victoria de un Tubos Aranda muy eficaz en puerta y defensa que permite coger mucho aire antes del parón

Poveda hizo un gran encuentro / @Roberto_Campill0

Aranda de Duero

¿Que se promete devolver a la afición amarilla el mal partido en Logroño? Pues se cumple. Con ímpetu, y con fortaleza defensiva. Esos fueron los principales argumentos en los que se sostuvo el Villa de Aranda este sábado en el Santiago Manguán para sobrepasar a Alicante entre un ambiente de gala.

Inicio potente

Primeros minutos con Aranda siendo un obús. Férrea defensa del equipo, mostrando el ejemplo a seguir. A ello, unidas las dos paradas de Pau Guitart, y los primeros tantos. El gol de Poveda, clave (4-1) en los primeros cinco minutos. La cosa se ponía bien, pero Alicante no se quería ir del partido. Con dos acciones seguidas y con un siete metros, los visitantes ponían el 4-3. Aranda volvía a pisar el acelerador. La insistencia en ataque de los locales, creyendo como David López incluso en los rechaces, y la fortaleza atrás del equipo, dieron resultado. Con el siete metros de Asier Iribar, cinco arriba (9-4). Éxtasis en el pabellón. Y tiempo muerto de Alicante.

Funcionó su decisión. Los del Mediterráneo quisieron ir a ataques más rápidos para buscar más hueco en la defensa, y recortaron distancias, pero no lo suficiente. Aranda volvió a insistir en su lucha, reponiendo la ventaja de cuatro goles con el tanto de Kuba (13-9). Así, se dieron paso a minutos de más imprecisiones por parte de ambos conjuntos, donde no terminaba Aranda de mantener el tipo, y donde los alicantinos aprovechaban la situación para irse con una desventaja más óptima al descanso (15-13).

David López, en un lanzamiento / @Roberto_Campill0

De la complicación a la tranquilidad

La recuperación de Alicante fue en aumento tras el paso por vestuarios, con mucha eficacia en puerta, y aprovechando el mal momento inicial de los locales, llegando a igualar y por momentos liderar el marcador (17-18). Pero llegó la reacción de Aranda. Siempre en el peor momento, la mejor cara. Se vieron buenos minutos de Dalmau o Poveda; comienzan a enseñar los dientes. A ellos se suma la velocidad del diablo gallego, Mateo ‘Alas’. Vuela. Con todo ello, respiro (22-18) y tiempo muerto de Alicante.

Pero ni con una rigurosísima exclusión de Kuba había rendición amarilla. Muro en defensa y en portería (con hasta dos goles a puerta vacía de Pau, sensacional) sosteniendo el equipo. Y después, sequía goleadora para ambos (23-20). Lo de después solo se explica en el Manguán. Afición encendida, Aranda férrea en defensa. Y Rogonovs a lo suyo en ataque (27-22). Minutos mágicos para los locales, que tuvieron que sufrir un revés: la lesión de Pedro Martínez con problemas en el hombro.

Los de Javi Márquez seguían en la lucha. Simplemente tuvieron que dejar correr el crono a favor, sabiéndose vencedores en un duelo directo donde los dos puntos se tenían que quedar en casa, y se quedaron (30-26). La mejor forma de irse al parón, y logrando una victoria que cuenta como cuatro puntos.

Jorge Alvarado

Periodista. Responsable Digital de la SER en...