El gran potencial del fruto seco leonés: "Una nuez de León siempre va a ser mejor que una de California"

León

En el sur de la provincia de León, en Cubillas de los Oteros, Miguel Ángel Lozano vive estos días inmerso en la recolección de su primera gran cosecha de nueces. Su plantación de doce hectáreas, iniciada en 2018, marca un paso más en la diversificación agrícola del campo leonés, que poco a poco incorpora el cultivo de frutos secos como alternativa al maíz o los chopos. “Este año ya estamos en el final, ya ha caído todo el velo prácticamente”, explica Lozano mientras repasa el proceso de recolección. “Hay que vibrar los nogales y recoger la nuez del suelo. Lo ideal es hacerlo con maquinaria, pero este año me ha pillado el toro y lo estamos haciendo con un vibrador de mano y rodillos de alambre”.

Aunque la explotación aún no está totalmente mecanizada, los resultados son prometedores. “Llevamos recogidos más de 4.000 kilos y pensábamos que no íbamos a llegar a tanto”, comenta satisfecho. Calcula cerrar la campaña con cerca de 4.800 kilos, una cifra notable para una plantación joven.

Lozano decidió apostar por el nogal movido por su interés en los frutos secos. “Siempre me ha gustado, tanto comerlos como cultivarlos”, confiesa. Tras estudiar las condiciones climáticas de la provincia, vio en León un terreno fértil para el desarrollo del cultivo. “Tenemos diferencias térmicas entre la noche y el día que le dan mucho sabor al fruto. Una nuez de León siempre va a ser mejor que una de California”, asegura con orgullo.

Su proyecto se suma a una tendencia creciente en la provincia: el cultivo de frutos secos como alternativa económica y sostenible. “Aquí las parcelas no son enormes, así que con cultivos extensivos se necesitan muchas hectáreas. Con el nogal, con pocas se puede vivir”, explica. El productor compagina esta actividad con su vivero de chopos y otras labores agrícolas. Su plantación funciona con riego por goteo y un sistema automatizado. “El nogal necesita agua, no puede ir en secano. Lo importante es controlar el riego y los tratamientos para evitar gusanos u hongos”, detalla.

En esta primera gran campaña, Lozano se enfrenta también al reto de la comercialización. “Hay que secar la nuez enseguida para que no se ponga negra por dentro”, señala. Aunque por ahora recurre a un amigo para el secado, sabe que tendrá que invertir en maquinaria propia. “Aquí no hay cooperativas como en el caso del almendro o el pistacho, así que tienes que tener tus medios”.

Pese a las dificultades iniciales, el productor es optimista. “Europa importa el 80% de la nuez de California y esta puede competir con ella en calidad”, afirma convencido. Su ilusión es que la “nuez de Cubillas de los Oteros” acabe conquistando nuevos paladares y consolidando el nombre de León en el mapa de los frutos secos.