Fallece Amable Liñán, referente mundial de la combustión y orgullo de León
El ingeniero, nacido en Noceda de Cabrera, recibió el Premio Príncipe de Asturias y el galardón 'Leonés del Año' de Radio León

Amable Liñán y Rosita Gutiérrez durante una de las entregas del premio 'Leonés del Año', galardón que él mismo ostentaba / J.Casares

León
El reconocido ingeniero aeronáutico y científico leonés Amable Liñán Martínez ha fallecido este sábado en Madrid, dejando un legado extraordinario en el campo de la combustión y la propulsión aeroespacial, donde está considerado una de las figuras más influyentes a nivel internacional.
Nacido en Noceda de Cabrera en 1934, Liñán desarrolló una trayectoria científica que llevó el nombre de León por universidades y centros de investigación de todo el mundo, desde el Instituto National de Técnica Aeroespacial (INTA) hasta el California Institute of Technology (Caltech), donde realizó una estancia clave que marcó el inicio de sus aportaciones en combustión teórica.
Premio Princesa de Asturias y un leonés universal
Entre sus numerosos reconocimientos, destaca especialmente el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (actual Premio Princesa de Asturias), que recibió en 1993 por sus contribuciones pioneras al estudio de la combustión. El jurado subrayó entonces que su trabajo había cambiado la forma de entender los procesos químicos de la combustión en aeronaves y cohetes.
Ese mismo año, y como muestra del cariño de su tierra, fue distinguido como “Leonés del Año”, galardón que concede anualmente Radio León, la emisora decana de la provincia. Para Liñán, este reconocimiento tuvo un valor especialmente emotivo: siempre recordó sus raíces y se mostraba orgulloso de su origen leonés, al que hacía referencia con frecuencia en charlas y entrevistas.
Un científico brillante y una persona entrañable
Profesor emérito de la Universidad Politécnica de Madrid, catedrático de Mecánica de Fluidos y autor de numerosas publicaciones científicas, Liñán fue una figura clave en la formación de varias generaciones de ingenieros e investigadores españoles. Su influencia académica llega a decenas de universidades de todo el mundo.
Pero más allá del prestigio científico, quienes le conocieron coinciden en subrayar su carácter cercano, su humildad y su humanidad: “Era imposible estar con él y no quererle”, recuerdan compañeros y amigos.
Discreto en su vida personal, ajeno a los oropeles y profundamente curioso hasta el final, Liñán supo disfrutar de lo cotidiano con la misma pasión con la que abordó los grandes desafíos científicos.
Un legado que perdura
Su trabajo sigue siendo referencia internacional, y su nombre permanece asociado a varios modelos matemáticos fundamentales en la teoría moderna de la combustión. Para muchos estudiantes y colegas, fue un maestro en el laboratorio, pero sobre todo, “un maestro de vida”.
La comunidad científica, la sociedad leonesa y todos los que tuvieron la suerte de conocerle lamentan hoy la pérdida de un hombre excepcional.




