Loli Berruguete: reconocer y convivir con el alzhéimer con la mejor de las sonrisas

Aranda de Duero

Este miércoles en la SER, hemos tenido una entrevistada muy especial. Se trata de Loli Berruguete, una maestra de 81 años que, aunque no haya ejercido, lleva la profesión por dentro. Lo deja patente en una conversación en la que también descubrimos que fue la primera mujer en trabajar en un banco en Aranda. Y sus recuerdos, precisamente, son lo más valioso. Porque los comparte una usuaria de AFAR. Loli, diagnosticada de alzhéimer, muestra a lo largo de la conversación las dos caras de esta enfermedad: tener intactos recuerdos del pasado, pero quizá no recordar lo que hizo esa misma mañana.

A lo largo de esta conversación, Loli, que destaca que fue reina de fiestas y que ha vivido en Aranda desde los dos años, comparte fragmentos de su vida, en los que la música ha estado muy presente. Acompañada por Fernando, uno de sus cuatro hijos, relata cómo, a pesar de los desafíos que presenta su condición, mantiene vivas muchas memorias de su infancia y juventud. Con ella nos centramos precisamente en cómo el alzhéimer ha afectado a su memoria, especialmente en lo que respecta a eventos recientes. "Ando mal de memoria. Una cosas son los recuerdos y otra lo que me han contado esta mañana. No me limito a volver atrás. Yo soy consciente de la pérdida de memoria. He ido al médico pero como si no hubiera ido. No me acuerdo lo que me dijo, pero que a estas alturas de la vida -que son 81 años, aunque ella dice 90- te acuerdas de cuando jugabas a las tabas con las amigas, pero no lo que has hecho este fin de semana", explica. Berruguete se muestra plenamente consciente de su situación.

"La soledad es lo que más afecta"

Fernando cuenta de que "desde que se quedó viuda ha ido tirando", pero revela que "la soledad es lo que más le afecta, y la pandemia fue un punto de inflexión, el no poder quedar con sus amigas o pintar, el ir dejando de hacer cosas, porque a partir de ahí y con la edad todo fue a peor". Ahora, el hecho de relacionarse con otras personas en AFAR -que no siempre es sencillo dar el paso, pero ella lo dio-, le permite recuperar -o desbloquear- recuerdos. Allí participa en diversas actividades, incluyendo clases de música -una de sus pasiones por cierto es el piano- y manualidades. Durante la charla, surgen lapsus, o incluso alguna 'salida de tono' que sacan una sonrisa, y que también muestra la realidad de la enfermedad. "El carácter cambia a peor. Ella siempre lo ha tenido, pero lo que tiene ahora es filtro. Lo que quiere lo suelta", dice.

A pesar de los retos, Loli se muestra optimista y agradecida por el apoyo que recibe de su familia y de la asociación, aunque también reconoce que a veces se siente frustrada por no poder recordar detalles recientes. Pese de la falta de tratamientos que puedan revertir la enfermedad, la familia se enfoca en mantener la calidad de vida de ella, fomentando su participación en actividades que le resulten placenteras. Y disfrutando de sus nietos. Se muestran muy agradecidos a AFAR, por sus facilidades, sus brazos abiertos, y su ayuda en el día a día.

La historia de Loli es un testimonio de la resiliencia humana y del poder del amor familiar en la lucha contra enfermedades como el alzheimer. Una muestra real y transparente de lo que muchas familias viven en el día a día. Y de forma diferente.

Esta entrañable conversación puede reproducirse al completo en el audio superior, en nuestro tiempo de Hoy por Hoy Aranda, con Valentín García.