Localizan en Vegas de Matute una fosa común con dos republicanos desaparecidos en la Guerra Civil
Se trabaja en la exhumación de los restos de un maestro de Villacastín y un trabajador de Ituero y Lama, asesinados en 1936
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) hace excavaciones en la finca La Fresneda, en el término municipal de Vegas de Matute (Segovia)
Segovia
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha localizado una fosa común en la finca La Fresneda, en el término municipal de Vegas de Matute (Segovia), con los restos de Luis García Hernández, maestro de Villacastín, y Julio Maroto Ortega, caminero de Ituero y Lama. Ambos fueron asesinados en agosto de 1936, al inicio de la Guerra Civil, por pistoleros fascistas, y enterrados por vecinos del entorno en este paraje situado a un kilómetro del pueblo, y junto a la carretera de Villacastín.
Los trabajos de exhumación, que se desarrollan durante el día de hoy y mañana, suponen la segunda intervención de la ARMH en este lugar, tras un primer intento sin resultados en 2024. “De momento hemos encontrado uno, y todo indica que el otro no está debajo, así que tiene que estar enterrado cerca”, explica Marco González, vicepresidente de la asociación.
Luis García Hernández nació en Otero de Herreros en 1895. Tenía 42 años cuando fue detenido ilegalmente y asesinado el 12 de agosto de 1936. Era hijo de Valentina y Nicomedes, estaba casado con Paula Izquierdo y tenía tres hijas: Valentina, María y María Paz. Maestro de profesión y afiliado al Sindicato de la Enseñanza (STE), fue acusado en su expediente de depuración de tener ideas socialistas.
Por su parte, Julio Maroto Ortega había nacido en Guijasalvas en 1876 y tenía 60 años al morir. Hijo de Isabel y Tomás, vivía en Ituero y Lama. Estuvo casado en primeras nupcias con Petra Díaz Lázaro, con quien tuvo seis hijas, y en segundas con Alejandra Díaz Lázaro, con quien tuvo otras dos. Trabajaba como caminero y fue asesinado pocos días después, el 15 de agosto de 1936. Su cuerpo apareció junto al del maestro García Hernández.
El equipo de la ARMH ha dividido el trabajo en dos zonas: mientras un grupo excava sobre los restos hallados ayer, otro busca posibles enterramientos cercanos. Las indagaciones comenzaron en 2023, con la ayuda de los vecinos que aún recordaban los hechos. “La pena es que el paraje se ha desdibujado mucho desde 1936, y hemos tenido que comparar vuelos aéreos desde los años 40 y 50, teniendo en cuenta los cambios por la concentración parcelaria”, explica González.
En 2024 ya se intentó una primera excavación sin resultados, pero los casquillos de fusil Mauser encontrados entonces confirmaron la ubicación. “Sabíamos que estaban aquí y ahora la búsqueda ha dado frutos. Trabajamos sobre los restos, documentando cada paso, y seguimos buscando al otro desaparecido”, añade.
El proceso de exhumación, subraya González, es largo y complejo, ya que requiere abrir varias fosas, utilizar georradares y mantener una gran paciencia. El procedimiento comienza siempre con la petición de una familia y concluye cuando pueden decidir el destino final de los restos.
“Nos gustaría que esta labor la hiciera el Estado, que existiera una oficina pública a la que las familias pudieran acudir para solicitar la búsqueda y que el Estado asumiera esa responsabilidad”, reivindica González.
Esta intervención en Segovia será la última campaña de 2025 para la ARMH, que ya prepara su calendario de actuaciones para 2026 en Asturias, León, Toledo y otras provincias. La asociación, que cumple 25 años de trabajo en la recuperación de desaparecidos, continúa su tarea de devolver nombre y dignidad a las víctimas del franquismo.