Kilometrar

Rafa Gallego / Cadena SER - Radio León

León
El único verbo en español que empieza por la letra k es el verbo kilometrar. Y hoy tocaba la k, de manera que me quedo sin opciones. Kilometrar es señalar las distancias medidas en kilómetros con postes, mojones, etc.
De manera que te diría que me quedo sin mucho que decir, porque me resulta difícil armar una reflexión sobre la colocación de mojones. Aunque, mira, sí. Se me ocurre pensar que en nuestra vida dividimos la experiencia colocando postes, hitos que señalan momentos especiales. No es exactamente kilometrar, pero me resulta equivalente. Por ejemplo, ponemos un poste el día en que alguien alcanza la mayoría de edad y podemos poner otro en el día en que alguien se jubila y va a trabajar por última vez. Son dos mojones bien poderosos en la vida de una persona. Y, precisamente ayer, dos personas muy queridas por mí colocaron uno de esos hitos en su camino: una cumplió dieciocho y la otra, que cumple sesenta el sábado, fue a trabajar por última vez.
Hablar de ellas contigo en este momento íntimo de la radio me emociona, porque es apagar el mundo y centrarme solo en ellas, es sentirlas cerca y entender su alegría por haber llegado ahí. Veo la mayoría de edad en un sentido casi kantiano, como la necesidad de que la razón alcance su mayoría de edad, lo que implica adquirir la autonomía necesaria para tener un juicio propio. Esa autonomía comporta un uso público de la razón, con los consiguientes compromisos de libertad y responsabilidad. Esta persona que te digo que ayer cumplió dieciocho creo que alcanzó su mayoría de edad hace ya mucho tiempo y ejerce su libertad y su autonomía con una sensibilidad y una inteligencia que ya querría yo para muchos. La otra, la de los sesenta, es caso aparte.
En una vida de sesenta años ya hay muchos mojones puestos. Hay ya mucho territorio kilometrado y hay postes que señalan y otros que marcan, pero todos dejan algo arañado en la piel y ya va una con muchas marcas y eso es hermoso, porque se dibuja un mapa de vida en la propia vida. Esta que se jubila es maestra. Lo ha sido siempre y lo seguirá siendo en el sentido literal y en el figurado. Las dos lo son. Maestras en el modo de estar con los demás, por los demás y para los demás. Gente de bien.




