Fabero recuerda a los fallecidos del grupo Río y a sus mineros
La sentencia absolutoria en el accidente de Emilio del Valle remueve a los familiares de quienes también perdieron la vida en una explosión de grisú
Los supervientes junto a la corona de flores y el teniente de alcalde de Fabero, Pedro Monasterio
Ponferrada
Emoción contenida a los pies del grupo Río de Cofasa en Fabero donde este miércoles se ha recordado a los ocho fallecidos hace 41 años por una explosión de grisú a los pies del memorial junto a la zona del accidente.
Un día duro y díficil para quienes les sobrevivieron como Andrés y Santiago quienes reconocen que no pasa ni un solo día sin que recuerden aquella mañana en la que su vida no volvió a ser igual porque ocho familias siguen llorando y ellos ven cada día 'como un regalo porque otros perdieron maridos, hijos, hermanos y amigos y nosotros seguimos aquí', apuntan.
Reconocen que lo que vivieron aquel lunes 19 de noviembre de 1984 'es imposible de olvidar y vives todos los días con ello, pero hay que seguir', explican.
Luchar y sobrevivir a cada día es lo que también hace Delfina, viuda de Ramiro Guerra, quien reconoce que a pesar del tiempo siente la ausencia y el dolor como el primer día. 'Este día siempre se remueve algo dentro' apunta en una jornada en la que también ha conocido la sentencia absolutoria para los 16 acusados en el caso de los seis mineros fallecidos en el pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco Leonesa. 'Hay días que quierese tirar la toalla porque crees que no puedes luchar contra esa gente, pero hay que seguir, aunque la impotencia es terrible' explica a los pies del memorial que recuerda a su mario y a sus siete compañeros.
El teniente de alcalde de Fabero, Pedro Monasterio ha insistido en la importancia que supone no olvidar a los ocho compañeros desaparecidos. Su legado y su memoria forman parte de la historia de Fabero y, es necesario, asegura, mantener vivo ese recuerdo 'por ellos y por todos los desaparecidos en la minas de la cuenca' explica.
El Santa Bárbara Bendita, himno de los mineros, interpretado por un gaitero puso fin a este sencillo homenaje en el que se depositó una corona de flores junto al monolito.
