Ribera llama a la unión para defender el vino como gastronomía y cultura
Seis bodegueras de esta D.O. coinciden en la necesidad de empujar en la misma dirección ante las dificultades

Imagen de archivo de una misión inversa de ASEBOR

Ribera del Duero
Convencidas de que el vino “es mucho más que 13 grados de alcohol”, las bodegas de Asebor llaman a la unión de bodegas para defender el vino “como lo que es: gastronomía y cultura”. Es historia, es cultura y es alimento. España es sinónimo de gastronomía, y de la buena; es identidad, y eso hay que defenderlo”, apremia Olga Fernández, de Bodegas Condado de Haza, convencida de que Ribera del Duero seguirá trabajando por la más alta calidad. “Tenemos que estar orgullosos de lo que tenemos y seguir creciendo juntos”.
En tiempos difíciles hay que estar unidos y no perder la perspectiva. “Es cierto que hay muchos frentes abiertos, como la inflación, los aranceles de EE.UU. o el propio mercado, pero aquí todos tenemos claro que la Ribera del Duero es una tierra con futuro, y ya lo hemos visto en otras ocasiones: de la dificultad también surgen oportunidades buenas”, asegura Patricia Balbás, de Bodegas Balbás.
En su opinión, “no podemos caer en el desánimo; son ciclos, y tenemos uno de los grandes vinos del mundo”. “Salgamos al mercado y sigamos abriendo camino y con este objetivo trabajamos desde Asebor como fuerza mayoritaria en el Pleno del Consejo Regulador”.
Para Yolanda García Viadero, de Bodegas Valduero, una de las bodegueras pioneras de la Denominación de Origen y del Consejo Regulador, el principal lastre que sufre el sector es la burocracia. “Es la lacra del siglo XXI en Europa”, lamenta, al recordar el peso de una “actividad que es fundamental”. “Hay que defender el medio rural en todos los ámbitos”. reivindica.
A este llamamiento se une María Luisa Cuevas, de Bodegas Ferratus. “Cada cepa que plantamos es también una persona que se queda. Trabajar la tierra da vida a nuestros pueblos y mantiene viva su esencia. Como mujer bodeguera, me mueve demostrar que vivir aquí no es quedarse atrás, sino construir un futuro con raíces y esperanza”, señala, preocupada por la importancia de reconectar con las nuevas generaciones. “Siento que el vino tiene que volver a emocionar a los jóvenes. No se trata solo de beberlo, sino de entenderlo como parte de una cultura, de un modo de vida más consciente y equilibrado. Desde las bodegas rurales podemos contar esa historia con cercanía y verdad, y tender un puente entre la tradición y el futuro”.
Aunque es innegable la labor de las grandes bodegas a la hora de abrir puertas y crear marca, lo cierto es que la Ribera del Duero está formada, en su gran mayoría, por pequeños proyectos bodegueros que luchan cada día por la calidad. Es el caso de Pago de Ina. “Es indispensable que trabajemos juntas y creemos sinergias. Nosotros apostamos por la máxima calidad, pero tenemos pocos medios y no podemos perdernos en temas que lastran y retrasan, como la burocracia. Necesitamos el apoyo de las instituciones”, reclama Sara Cabanas.
Desde la bodega Dehesa de los Canónigos, Belén Sanz Cid incide en no perder la esencia. “No podemos olvidar quiénes somos y de dónde venimos. La Ribera del Duero ha conseguido, en un tiempo récord, posicionarse entre las regiones más importantes del mundo, y eso se consiguió gracias a la unión de las primeras bodegas. Ese es el camino. Nosotras no somos competencia; tenemos que seguir creciendo juntas, y el camino está marcado: calidad, profesionalidad y sostenibilidad”, afirma, sin olvidar el enoturismo, una manera de abrir las puertas de cada historia. “El vino se ve de otra manera cuando lo ves desde dentro. Por eso, yo soy una firme defensora del enoturismo, porque todo lo que se hace con dignidad y esfuerzo hay que contarlo. Dicho esto, no creo en un enoturismo masivo. Me gusta el trato directo y cercano. Para mí, eso es Ribera del Duero”.

Vicente Herrero Carreter
Responsable de Informativos en la SER de Aranda. Presentador de Hora 14 Edición Ribera.




