Ni un paso atrás

Palencia

Se llamaba Pilar, tenía 60 años, y fue asesinada el sábado a manos de su marido en la localidad madrileña de Alpedrete. Es una de las últimas víctimas de la violencia machista en este país, y en lo que va de año son ya 38 las mujeres asesinadas y 1.333 desde que hay estadísticas, en 2003. Son cifras que esconden una vida cercenada por lo que muchos se niegan a reconocer y es la violencia contra las mujeres, por el hecho de ser mujeres.

Las primeras declaraciones del alcalde de Alpedrete respecto al asesinato fueron del todo deleznables; llegando a asegurar que "la quería mucho” y achacó a una enfermedad psicológica del hombre lo que literalmente denominó como una “mala decisión”. Asesinar a su mujer de cincuenta puñaladas el regidor de Alpedrete lo considera una mala decisión.

Afirmaciones de este tipo no es solo negar la violencia de género, es volver décadas atrás cuando estos asesinatos se consideraban crímenes pasionales o aquello de la maté porque era mía.

A las puertas del 25 de noviembre, día contra la violencia machista, este tipo de asesinatos demuestran que aún queda mucho por hacer y que lejos de avanzar, crecen los discursos negacionistas y enmascaran esta realidad bajo la denominación de violencia intrafamiliar.

Las mujeres nos queremos ser libres, nos queremos vivas y nos queremos sin miedo.