Cinco años de andadura por la igualdad

Aranda de Duero

La Asociación Feminista Ruperta Baraya celebra sus cinco años de andadura. Nació en 2020 en una etapa que no facilitaba su actividad por la pandemia, pero ha ido evolucionando en el aspecto cuantitativo y cualitativo. De las 8 personas que se asociaron inicialmente, a día de hoy contabiliza 62.

Este colectivo diversifica sus acciones en varios campos, comenzando por el de la formación y sensibilización feminista, donde realiza actividades encaminadas a promover un pensamiento crítico a favor de la igualdad a través de charlas, proyecciones u otras actividades. Dentro de esta línea, en la última reunión del Consejo Municipal de la Mujer, tras la inauguración de las dos esculturas urbanas relacionadas con el vino, ha puesto de manifiesto o la carencia que percibe en este sentido. “Desde unas gafas feministas, desde unas gafas violeta, como las que nosotras tenemos, nos hemos dado cuenta de que vuelven a faltar las mujeres, una muestra más de que seguimos siendo necesarias, y si empezamos a contar las esculturas que hay en las ciudades, seguramente que hay una representación bastante menor de las mujeres”, explica María Sanz Leal, la presidenta.

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Uno de los proyectos más consolidados de Ruperta Baraya es ‘El despertar de las hormonas’, donde facilita respuestas a la población adolescente sobre los cambios en su cuerpo y su mente con el objetivo de que se puedan relacionar de una manera más sana y respetuosa, una iniciativa enfocada principalmente a los estudiantes de 1º de ESO, por la que han pasado ya más de 600 adolescentes desde que se inició en 2021.

El proyecto MIRADA para mujeres vulnerables

Esta asociación feminista tiene también un programa de acompañamiento y apoyo a mujeres en situación de vulnerabilidad, apoyándolas en procesos de denuncia por violencia o en la defensa de sus derechos sindicales en colaboración con los sindicatos. La inclusión y empoderamiento de mujeres vulnerables es otra de sus líneas de trabajo, que trabaja mayoritariamente con migrantes y que arrancó con clases de castellano gracias a la labor altruista de una colaboradora y que se ha ampliado, gracias a un convenio firmado con el Ayuntamiento, a otras facetas, como la de la salud, conocimiento de recursos locales y generación de espacios para favorecer la autonomía. Esta línea de acción se engloba en el proyecto MIRADA (Mujeres Impulsando Relaciones, Autonomía, Derechos y Apoyo), que viene desarrollando en los últimos meses, con financiación municipal de 5.868 euros, destinada a contratar durante tres meses a media jornada a una mujer que se encarga desde septiembre de trabajar con las usuarias del programa. La presidenta recalca que el resto del trabajo que se realiza es totalmente altruista, por si alguien duda de ello. “Ninguna persona de la junta directiva tiene ningún salario, ni cobra por lo que hace; a veces recibimos esos ataques que es lo que tienen estas asociaciones, que también vivimos y sufrimos esa violencia hacia nosotras, que no sé si otras asociaciones reciben, pero que se nos tilda de mil cosas y yo creo que quienes lo hacen son personas que no han participado nunca en ninguna asociación”, reflexiona.

La amenaza ultraconservadora

Al hilo de esta reflexión, María Sanz Leal se refería también a la enmienda a los presupuestos del grupo municipal de Vox de retirar esta financiación dentro del capítulo de Igualdad, una propuesta que entiende que se enmarca en el ámbito ideológico del espectro más conservador y que busca la complicidad de su nicho de votantes que no comulgan con estos principios. “La extrema derecha es la herencia del franquismo; hace unos pocos días se celebraba que murió el dictador y claro este señor estuvo 40-50 años ahí, dejó su herencia en cuanto a mentalidades, entonces entendemos que hay gente que considera que nuestro trabajo no es necesario y que quiere retroceder en derechos y libertades y que igual prefiere que, como en aquella época, las mujeres tuvieran que pedir permiso para trabajar; hoy en día no sé si quieren llegar a ese punto pero que dependan las mujeres de los hombres económicamente para que así tengan menos autonomía, sean menos libre”, expresa la presidenta, y añade que “sinceramente lo que diría es la ciudadanía y a las personas que luego son quienes eligen a los representantes que piensen lo que quieren para su pueblo”.