Memoria, socialización y disfrute en Peñafiel

Peñafiel

Varios días a la semana, y durante unas cuantas horas, Elisa y Toñi tienen su agenda ocupada. Acuden con una sonrisa a la biblioteca de Peñafiel, donde en una de sus aulas imparten los talleres de la memoria. Esta propuesta nació hace unos 20 años, pero ha ido evolucionando y captando atención, hasta el punto de tener que reforzar aún más el servicio. Ahora, casi un centenar de usuarios no fallan a su cita diaria para ejercitar la memoria, entretenerse, pero también socializar.

La edad no es un impedimento. Hay usuarios de 60 pero también de 92 años. Traen sus deberes hechos -casi todos-, y tras pasar lista, corregir, conocer de la voz de Elisa todas las propuestas culturales que hay durante la semana en la villa e incluso hacer estiramientos, es momento de las fichas. Sopa de letras, sudokus, lectura en grupo... No faltan actividades que ayuden a fortalecer la mente, y tratar de ralentizar en algunos casos realidades como el alzhéimer, que en estas edades a veces es imparable.

Cada uno casi tiene su sitio asignado. Y no suele haber faltas de asistencia. Si las hay, se avisa. Luego, entre ellos, como compañeros y amigos que son, se ayudan. Cuando acaban las clases, el estar juntos a veces es una buena excusa para ir a tomar un café, o quedar e ir a ver cualquiera de los espectáculos que se dan en el auditorio. Son una gran familia.

Elisa y Toñi disfrutan mucho desde el otro lado. Destacan lo agradecidos que son sus 'alumnos', y que estar en estos talleres "le tocan a una el corazón". Para ellas y por ellas va este reportaje que puede escucharse en el audio superior, sumergidos en una mañana de noviembre, en uno de esos talleres de la memoria... que quien prueba, no olvida.