Internos encerrados en sus habitaciones y educadores sobrecargados: el Zambrana llega a su límite

Valladolid

Justo el día que deciden suspender las concentraciones en aras a un entendimiento con la empresa, los trabajadores del Zambrana han vivido una de las peores jornadas de los últimos meses, la de este lunes 1 de diciembre.

El centro de menores- el único de régimen cerrado de toda la comunidad- ha funcionado ese día con solo 14 educadores cuando el mínimo que se marca en la licitación son al menos cinco más.

Esto ha tenido consecuencias directas para los 60 menores internos dado que la coordinación del centro ha decidido que lo más seguro era encerrarles en sus habitaciones.

El presidente del Comité de Empresa explica que incluso ha habido llamadas de indignación de algunas de las familias: "Encerrados en las habitaciones porque no había dos personas para poder realizar las actividades cotidianas, lo que conlleva que hayan perdido o llegado tarde a recursos formativos, con la queja de algunas de las familias que han llamado al centro para pedir explicaciones".

Asegura que no son hechos aislados y que la falta de personal es ya habitual, así como la ausencia de soluciones. Circunstancia que además de a los chavales, afecta también a una plantilla cada vez más sobre cargada: "Como profesionales al final te afecta porque ves que no llegas a hacer el trabajo; es imposible que un solo profesional se haga cargo, además con gente nueva, que tienes que intentar formarle. Es una sobrecarga que te llevas día a día y terminas con situaciones de estrés".

Han suspendido las movilizaciones porque el próximo 10 de diciembre se reúnen con la directora de Familia pero en caso de no obtener los resultados esperados, no descartan regresar a las acciones reivindicativas.

Más problemas

Insisten en que estos problemas no son nuevos. Aseguran que el pasado sábado, 29 de noviembre, durante el turno de tarde fueron un número muy inferior a los que marca la licitación "que ya se encuentra en un marco de mínimos por lo que cada ausencia pone en riesgo a menores y profesionales".

De esta manera, solo un educador masculino estuvo a cargo de todo el centro, asumiendo en solitario las labores de supervisión y registros, en un contexto donde el 85% de los usuarios son chicos. Esta falta de educadores se repitió, al menos, otros cuatro días de noviembre.

Otro de los problemas que denuncian es que hay unidades sin educadores sociales y que son llevadas por Auxiliares Técnicos Educativos sin supervisión, como así lo exige el convenio, realizando funciones que no les corresponden.