Tribunales

La Audiencia Provincial juzga hoy a los ultraderechistas que agredieron al secretario del PSOE en Ponferrada

Responderán por un delito de atentado a la autoridad con agravante de discriminación

El agresor lanza una patada al político / Radio Bierzo

Ponferrada

Los dos simpatizantes de la ultraderecha que agredieron física y verbalmente al secretario de los socialistas en Ponferrada, Olegario Ramón, se sientan hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial en un juicio en el que se enfrentan a 5 y 2 años de prisión, que es la petición solicitada por el Ministerio Fiscal por un presunto delito de atentado a la autoridad con agravante de discriminación. La acusación particular pide un año más de cárcel, es decir, 6, para el agresor. También se le reclaman indemnizaciones por cerca de 5.000 euros que se sumarán a las que se establezcan por daños morales. El juicio arrancará a las 12 y media.

Los dos acusados, de iniciales F.P.C. y J.A.P.A, formaban parte del bloque de movilizados de la ultraderecha que a finales de 2023 repetían concentraciones diarias en las sedes socialistas. Las de Ponferrada se prolongaron durante meses hasta que un 4 de abril de 2024, F.P.C. se acercó a Ramón en la calle y lo zarandeó mientras le propinaba patadas, mientras que el otro, J.A.P.A le amenazaba.

El agredido, también portavoz municipal del PSOE y presidente del Consejo Comarcal, asegura que para él no es fácil recordar ese momento pero que ponerle rostro a este tipo de actitudes que derivan en hechos tan graves es una obligación de los políticos en contra talantes lesivos para la convivencia, los derechos fundamentales y la vida en la vía pública.

Es una oportunidad ejemplarizante porque además Ramón recuerda que las primeras concentraciones en Ponferrada contaron con manifestantes de Vox, 'pero también del PP, destacados miembros de Cacabelos, una procuradora y de Nuevas Generaciones'. Por eso tiene claro que lo más peligroso es que los insensatos que le agredieron siguen un mensaje de estética de confrontación callejera.

Este tipo de conductas, merece, concluye un reproche penal a la expansión del discurso que ha calado en medio de un odio ideológico que los líderes divulgan desde el propio parlamento.