Paula Cruz y la lucha por la inclusión en Aranda de Duero

Aranda

Miro a mi alrededor y observo en las personas que distingo, en aquellas que conozco en incluso en las que es la primera vez que veo que todas ellas son diferentes, todas ellas se distinguen aun por matices de disparidad. Puede que algunas compartan algunos rasgos de semejanza, que quizá sean similares o con características comunes pero en su ser e incluso en su aspecto todas ellas son diferentes. Sin duda. Y me alegro por haberle dedicado tiempo a observar y analizar, como si de un examen de contemplación de tratase. Y me alegro por haber pensado en ello. Es satisfactorio llegar a concluir que la diferencia y la diversidad encierran una enorme grandeza: son precisas ideas y herramientas para aprender a ser y a vivir en sociedad.

Seguro que para cualquiera fue una bendita casualidad compartir de más joven los juegos, los aprendizajes y los descubrimientos con personas diferentes porque aquello ayudó a situarnos más cerca de la igualdad. Hoy viajamos por la memoria de una persona con discapacidad, una joven que lucha con su imagen, simpatía y proximidad por una convivencia más inclusiva y empática. Nos adentramos en la memoria y los recuerdos de PAULA CRUZ PARRA.

Una lucha eterna pero férrea

Tras esta introducción de Ausen Frutos saludamos a alguien que tiene un sentimiento recurrente: el de la impotencia. Porque Paula, fruto de su situación -vive con espina bífida-, aborda cada día muchos retos. Los que le pone sencillamente la calle, y la sociedad. Comparte en la SER su frustración ante la falta de inclusión, señalando que la sociedad aún tiene mucho que aprender y mejorar en cuanto a la integración de personas con discapacidad. "También somos personas, ciudadanos, y tenemos derecho a disfrutar también como todo el mundo. Cada vez que no ves accesibilidad en cuestiones como por ejemplo los conciertos, sientes impotencia, enfado, indignación... Tenemos nuestra condición, sí, pero también nuestros gustos, inquietudes, sueños, y derecho a disfrutar", reivindica.

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Paula lleva afrontando retos ya desde pequeña, cuando fruto de su discapacidad, sintió cierto rechazo por parte de sus compañeros. Ha aprendido mucho en el camino: entender su enfermedad, e incluso transmitirla a los sanitarios en jornadas que se realizan en el mes de noviembre. "Día tras día, año tras año, vas descubriendo nuevas de cosas de la discapacidad y tienes que ir enfrentándote a ellas. Echo en falta a lo mejor salir con más gente, divertirme, reírme, lo que hacen los chavales de mi edad. No lo hago porque no hay inclusión. Hace falta que nos incluyan, que nos tengan en cuenta", refleja, poniendo en valor cuando bajó por primera vez a la Bodega de las Caballerizas -adaptada- o las participaciones en la Higuero Running Festival, donde se sintió una más. Como debiera ser siempre. Son momentos que recuerda con felicidad.

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"Todo son trabas"

La madre de Paula, Beatriz, también se suma a la conversación, compartiendo su perspectiva sobre la crianza de una hija con discapacidad. Habla sobre el impacto emocional que tuvo al recibir el diagnóstico y cómo, desde el inicio, se comprometieron a buscar la mejor atención y apoyo para Paula. "Al principio te quedas en shock porque no sabes ni lo que es eso, no has oído hablar de ello y en el día a día vas aprendiendo", explica, indicando que siempre han buscado "la mayor autonomía posible" y el incondicional cuidado para su hija. "Ha habido barreras arquitectónicas, en médicos, barreras burocráticas, en la escolarización... Es que todo son trabas, y siempre hay que ir pidiendo, pidiendo cosas que no tendríamos que estar pidiendo, que tenían que estar entre comillas normalizadas...", lamenta.

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La música o el arte, un respiro

Paula retoma hablando de la Asociación Madrileña de Espina Bífida, donde ha hecho amigos y encontrado un sentido de comunidad. A través de estas experiencias, ha aprendido a valorar la amistad y el apoyo mutuo. La conversación también tocó el tema del arte o la música, que Paula considera una fuente de felicidad y una forma de expresión. Ella ha estado involucrada en actividades de canto y la música le ha permitido conectar con otros y expresar sus emociones, convirtiéndose en una parte importante de su vida. Incluso, se atreve a cantarnos una parte de una colaboración entre el arandino Barry B y Carolina Durante. Artistas que ha podido disfrutar en un festival que, por cierto, sí es ejemplo de inclusión, como Sonorama Ribera.

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Paula confía en que, con el paso de los años, más personas comprendan la importancia de la inclusión y la empatía, y que se realicen esfuerzos para crear un entorno más accesible y acogedor para todos. Espera que su experiencia, y el haberla compartido, sirva para sensibilizar a otros. Porque a pesar de los desafíos, la lucha por la inclusión y la felicidad es un camino que vale la pena recorrer. Paula ya ha saltado muchas barreras. Y seguirá saltando muchas más.

Este Viaje por la Memoria de Paula Cruz junto a Ausen Frutos y Valentín García puede reproducirse en el audio superior.