La Arandina despide un 2025 para olvidar

Aranda de Duero

El 2025 cierra sus puertas. Y el balance que puede hacer del año la Arandina Club de Fútbol no es muy positivo a decir verdad. Comenzó con unas presuntas elecciones que no llegaron a darse: la plataforma Unión Arandina (hoy ya inactiva) impugnó el proceso que proclamó a Demetrio Rodríguez como presidente de la entidad en una nueva, pero corta etapa, en la que no se vislumbraron nuevas caras. Etapa en la que prosiguieron los problemas, tanto en la primera plantilla (acumulando mensualidades de impago), como en las categorías inferiores, donde a la mala imagen de la falta de equipaciones y las compensaciones no satisfechas a los entrenadores se sumó la falta de autobuses para viajar. Todo sumado, tiene como resultado la desaparición de la cantera de la Arandina. Duro de decir y asimilar.

En lo deportivo el primer equipo, que había cerrado el año como campeón de invierno, acabó bajando hasta la cuarta plaza, afectado por los aspectos extradeportivos. Pese a todo, se clasificó para el playoff. En el duelo decisivo en Castañares ante el Burgos Promesas, derrota en un desplazamiento que los jugadores tuvieron que hacer en coche. Y sin apoyo en el campo de los nuevos representantes. Dura forma de despedir el curso, y con muchas dudas… ¿Sería el último partido?

Durante el verano, muchas incógnitas. Se barruntaba la posible llegada de un grupo inversor que pudiera salvaguardar el abismo al que se enfrentaba el club: sin entrenador, fichajes ni pretemporada. Y llegó. El Racing City Group aterrizó con Rubén de la Red como figura destacada. Tocó abonar deudas pendientes tras encontrar unas cuentas aparentemente vacías, poner sobre la mesa el aval exigido por la RFEF, contratar un nuevo técnico, y hacer un equipo con la rapidez que obedecía la situación.

Con el extraño objetivo (por falta de costumbre) de luchar por la salvación, a día de hoy los de Pablo Gil cumplen con el objetivo, aunque con margen de mejora de cara a todo lo que queda por delante. Con un estadio desangelado, poco o nulo apoyo en todas facetas y sin cantera, solo quedan pedazos (o cenizas) de lo que un día fue la Arandina. Porque la hicieron arder. Y queda la gran duda de si algún día, alguna de esas piezas volverá a ser lo mismo. Para ello, siempre deberá de alejarse y estar en las antípodas de la anterior etapa directiva, que supuso el principio del fin para el club. Todo este repaso, puede reproducirse en el audio superior, en la primera parte, junto a Rodrigo García Perdiguero.

Pablo Gil, confiado en 2026

El entrenador de la Arandina, Pablo Gil, nos acompaña también este viernes. Repasa su llegada al club, la ilusión que despertó en él la posibilidad de dirigir un banquillo como el blanquiazul, a pesar de las circunstancias. La dificultad de edificar una plantilla en tan poco tiempo. Y ser un equipo competitivo, teniendo en cuenta que el objetivo pasa a ser, al menos esta temporada, la permanencia. Su deseo para 2026, poder seguir creciendo y lograr el objetivo. El trabajo y la constancia como fórmula a seguir.

Así llega 2026. Un año que, quién sabe, pueda ser una oportunidad para la Arandina de comenzar una ardua y larga reconstrucción.