Fallece el padre jesuita Alberto Antolín Torres, referente espiritual en Palencia
El Padre Torres ha fallecido en Salamanca donde residía en la actualidad
Fallece el padre jesuita Alberto Antolín Torres, referente espiritual en Palencia / spawns
Palencia
El padre jesuita Alberto Antolín Torres, popularmente conocido como padre Torres, ha fallecido hoy en Salamanca a los 101 años de edad, tras 70 años de sacerdocio y 84 años en la Compañía de Jesús. Nació en Villada (Palencia) el 7 de agosto de 1924, ingresó en la Compañía el 6 de agosto de 1941, se ordenó sacerdote el 28 de julio de 1955 e hizo sus últimos votos en Salamanca el 2 de febrero de 1959.
Dedicó más de medio siglo a la vida religiosa y pastoral, convirtiéndose en una figura emblemática para la comunidad palentina. Tras ingresar en la Compañía de Jesús, completó una sólida formación en Clásicas, Filosofía y Teología en Salamanca, Barcelona, Granada y Comillas. Su labor se extendió más allá de España, con misiones entre los chicanos en Los Ángeles (EE. UU.) y tareas parroquiales en Bonn y Múnich (Alemania).
En Palencia, su voz resonó durante décadas en la iglesia de San Francisco, donde sus homilías dominicales congregaban a cientos de fieles. Fue director de la Congregación Mariana de Salamanca (1957-1962) y en Palencia ejerció como director de Congregaciones Marianas (1962-1965), director de Ejercicios Espirituales (1962-1975), bibliotecario (1965-1968), prefecto de la iglesia (1979-1993), además de colaborar en prensa y radio desde 1969 hasta 2018.
Su pensamiento quedó plasmado en varias publicaciones, entre ellas Palabras mayores (1982), Palabra nueva (1991) y Domingos en San Francisco (2011), una recopilación de más de 500 homilías editada por la Diputación Provincial. Aunque en 2014 dejó de predicar por motivos litúrgicos, continuó escribiendo y enviando sus reflexiones a miles de seguidores. Hasta el año pasado residió en Palencia y, en los últimos meses, vivía en una residencia de mayores de la Compañía de Jesús en Salamanca, donde ha fallecido.
El padre Torres deja un legado espiritual y cultural que marcó a generaciones de palentinos.