"¿Quién ha dado de paso eso?": Medina usa las columnas de la Colegiata como anclaje de los hinchables navideños

Valladolid

Hasta el último día del año llega la preocupación por el patrimonio de la provincia; en Medina del Campo les ha parecido una idea brillante anclar algunos de los hinchables instalados en la plaza Mayor a las columnas de la Colegiata, un templo del siglo XVI declarado Bien de Interés Cultural en 1931.

Aunque puedan parecer ligeros, estos elementos son muy pesados. Desde la Asociación por el Patrimonio de Valladolid advierten que ya no es una cuestión exclusiva de cuidado del patrimonio, sino de seguridad.

Miguel Pena, presidente de la organización, muestra su enfado ante este atentado contra el patrimonio: "Unas columnas que son bastante frágiles y que no están en perfecto estado, con lo que ante cualquier racha de viento o cualquier cosa rara que pueda pasar, es un riesgo totalmente innecesario; es mezclar temas de patrimonio y de seguridad. No me cabe en la cabeza quién ha dado de paso eso".

Ya han pedido más información al ayuntamiento medinense para intentar saber quién ha autorizado esta instalación, así como al gobierno autonómico: "Solicitar información de, al ser un elemento protegido y al ser un anclaje, si han pedido los permisos en la Delegación Territorial de Patrimonio y quién ha autorizado esa parte de seguridad, y también se lo hemos pedido vía registro a la Junta de Castilla y León".

Piden más sensibilidad a las administraciones y que cumplan y hagan cumplir la ley de patrimonio.

Otros desmanes en el patrimonio

El pasado mes de septiembre, Valladolid vivió otra polémica en torno al uso del patrimonio con la celebración del festival de Teatro y Artes de Calle, que se estrenó con un espectáculo en la fachada de la Antigua.

La dirección del TAC decidió suspender el segundo pase de la obra "Quasimodo y Esmeralda" ante la "inquietud generada en distintos ámbitos respecto al alcance de dicha intervención escénica y sus posibles interpretaciones administrativas".

El TAC, en un comunicado, subrayaba que era una obra "profundamente respetuosa" con el patrimonio histórico y religioso: "La intervención se desarrolló sin realizar ningún tipo de fijación o acción invasiva sobre el templo y con técnicas totalmente reversibles".

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Cabe recordar que la torre, de casi 1000 años de antigüedad, y el resto del edificio está declarado Bien de Interés Cultural desde el año 1897. La ley obliga, por lo tanto, a pedir una autorización para colocar en fachadas o en cubiertas cualquier clase de rótulo, señal o símbolo.

Sin embargo, desde la Fundación Municipal de Cultura aseguraron que no consideraron necesario solicitar ese informe de la comisión de patrimonio.

La Antigua como almacén

Pero no ha sido el único problema denunciado en torno a la Antigua. Hace justo un año esta redacción se hizo eco de la instalación de una torreta anclada al templo.

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A ello se unía el uso del interior del claustro como almacén de una terraza de hostelería.

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