¿Un giro en la Moncloa?
Dudas Razonables, el comentario de Josep Cuní
¿Un giro en la Moncloa?
Barcelona
Si las elecciones andaluzas fueran hoy y no tuviéramos que esperar al 19 de junio, las ganaría claramente el PP. Tanto (16 puntos porcentuales más y 22 diputados más) que los resultados se considerarían históricos porque le darían la puntilla al cambio que empezó a gestarse en los últimos comicios en aquella comunidad y que acabaron con la hegemonía histórica de los socialistas. Claro que fue con el apoyo en la gestión de Ciudadanos, que ahora seguiría su camino hacia la inanidad y el apoyo externo de VOX que continuaría subiendo, pero que si el PP quisiera, no los necesitaría porque su propio número de diputados sería superior a todos los de la izquierda sumados.
Y esta es la preocupación de Moncloa y la esperanza de Génova, el temor de Pedro Sánchez y la ilusión de Núñez Feijóo, que empieza a verse más presidenciable de lo que creía. Y por esto ha ordenado distanciarse del discurso de la ultraderecha y no entrar siquiera en sus provocaciones y sus retos, sabiendo como sabe que son los de Abascal quienes dominan el relato y orientan el debate. Por ejemplo, prometiendo acabar con la autonomía de Cataluña en su programa andaluz. De ahí que el conato de polémica acerca de si las nacionalidades históricas son naciones y en España hay unas cuantas se abortara rápidamente por la incomodidad de Núñez Feijóo, de quien nadie puede negar que como presidente de la Xunta de Galicia jugó al galleguismo que VOX ahora le afea.
La duda razonable es si, como se especula, la más que previsible consolidación del PP en Andalucía y el bloqueo del PSOE, conllevará un giro en la Moncloa que podría pasar por una crisis de gobierno y un alejamiento progresivo del bloque de izquierdas que llevó hace cuatro años a Pedro Sánchez a presidirlo. Lo ocurrido el pasado jueves en el Congreso a raíz de la ley del audiovisual, en este sentido, podría ser el primer indicio. Entonces, los socialistas se desmarcaron de Unidas Podemos y se marcaron una enmienda que salía en ayuda de las grandes productoras españolas a costa de las independientes. Y esta reorientación le sirvió al PP para abstenerse, provocando una primera aproximación de lo que Pedro Sánchez podría seguir intentado. Necesidad de grandes pactos la hay, urgencia también, explicación, por supuesto. Y justificación para mantener vigente su propio manual de resistencia, sin duda.