Opinión

Que alguien explique qué proyecto de país tenemos

Dudas Razonables, el comentario de Josep Cuní

Que alguien explique qué proyecto de país tenemos

Barcelona

El Comité Olímpico Español tiene previsto anunciar la retirada del proyecto para los Juegos Olímpicos de Invierno de los Pirineos 2.030. Dice su presidente que no cierra la puerta totalmente, pero que duda que se pueda aprovechar la ya mínima posibilidad de mantenerla abierta. El enfrentamiento geográfico y político auspiciado por el presidente de Aragón por razones que nunca ha expresado claramente, pero que parecen más propias de cuestiones personales y partidistas, ha ido encendiendo alarmas y promoviendo decepciones. Esto ha servido a la Generalitat para activar un poco más su flojo entusiasmo oficial e inicial a causa de las dudas eternas con las que se enfrenta a los grandes retos. Pendiente de manera enfermiza como está de sus aliados independentistas que dictan lo políticamente correcto a unas bases que tampoco se sienten cómodas, con nada que tenga que ver con iniciativas españolas, el gobierno de Aragonès tiene ahora la excusa perfecta y servida para disimular lo que todos hemos visto: una clara falta de convicción desde el primer día, muy especialmente en Esquerra Republicana, cuyos cuadros en general nunca se han manifestado entusiasmados y ni siquiera alegres ante un reto de estas características a diferencia de sus socios, que quieren, pero también se duelen.

Las dudas medioambientales lógicas de la sociedad actual y poco matizadas oficial y científicamente, han venido a recuperar y potenciar los sentimientos anticapitalistas de antaño, nunca abandonados. Y la suma de estos dos elementos ideológicos, elevados a la condición teológica, marcan lo políticamente correcto sin que medie debate alguno porque los contrarios ya han sido condenados de antemano. Mal asunto para la democracia como fundamento del respeto mutuo y común denominador de las legítimas discrepancias.

La duda razonable es cómo piensan compensar ahora a las comarcas pirenaicas que aspiraban al evento, más por necesidad que por obligación. Y de paso, remendar el hueco que queda por el que hubieran entrado ingresos y divisas con las que seguir invirtiendo sobre el terreno. Esto no supone estar a favor necesariamente del controvertido proyecto. Solo expone aspirar a que alguien explique qué proyecto de país, en su sentido más amplio, tenemos. Si es que tenemos alguno.