El tribunal descarta la agravante de género en el hombre que violó y mató a su expareja
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña no aprecia voluntad de "humillación" ni "subyugación" en el crimen. El acusado fue condenado a prisión permanente revisable por estrangular a su expareja en Vic (Barcelona)
El condenado por el asesinato de su expareja en Vic, durante el juicio en el que se le sentenció a prisión permanente revisable
Barcelona
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha descartado aplicar la agravante de género a un hombre condenado a prisión permanente revisable por violar y estrangular a su expareja en Vic (Barcelona) en octubre de 2019, al no apreciar una voluntad de "humillación" y "subyugación" en el crimen.
En su sentencia, la sala de apelación del alto tribunal catalán estima parcialmente el recurso presentado por la defensa y revoca la agravante de género que la Audiencia de Barcelona impuso al procesado, aunque ello no tendrá ningún efecto en la pena, dado que fue condenado a prisión permanente revisable. El hombre fue juzgado por un tribunal popular, que lo declaró culpable de haber violado a su expareja en el domicilio de esta en Vic, cuando la mujer estaba semiinconsciente por su estado de embriaguez, tras lo que la asesinó estrangulándola con sus propias manos.
La sentencia daba por probado que el procesado, que había mantenido una relación de convivencia con la víctima que ella se negaba a reanudar, había actuado movido por una "falta de consideración y absoluto desprecio a la condición de mujer" de su expareja. La sala de apelación del TSJC considera, no obstante, que esas circunstancias no están acreditadas, pese a las declaraciones del padre de la víctima, que afirmó en el juicio que el acusado dijo en una ocasión que la mataría si se separaba de él.
El tribunal añade que no hay "evidencia alguna" de que el acusado controlara el móvil de la víctima y que, según declaró una amiga suya, la pareja rompió porque la fallecida no quería seguir con una persona "sin iniciativa", sin que presenciara nunca "discusiones ni peleas" entre ambos.
Para la sala, la agravante de género exige "una conducta de humillación, subyugación, pretensión de dominio y muestras de superioridad", lo que no resulta acreditado ni en el crimen ni en la conducta previa del acusado. "Únicamente cabe identificar una actitud insistente del acusado en retomar la relación", pero de ello "no se puede deducir una actitud de dominación o de desprecio hacia la víctima por su condición de mujer".
