Activada por primera vez la emergencia máxima por sequía en Catalunya

Barcelona

Hace meses que el gobierno catalán advierte que la falta de lluvias y los altos consumos de agua propios del verano podían tener consecuencias a corto plazo, y hoy ha llegado el día: por primera vez se ha activado la fase de emergencia por sequía, el nivel 5/5 de gravedad y que comporta las restricciones más duras. Las lluvias del mes de junio fueron un espejismo y los 30 meses acumulados de falta de agua no se pueden revertir tan fácilmente.

Esta fase de emergencia afecta a 22 municipios del Alt Empordà (Girona) y a 2 del Baix Camp (Tarragona), que suman más de 26.000 habitantes que se verán obligados a gastar solo 200 litros de agua por habitante al día. Desde la primavera 6 millones de catalanes ya conviven con restricciones de agua propias de la fase de excepcionalidad (nivel 4/5), y en el Govern ya advierten que a finales de año las restricciones se pueden endurecer en cientos de municipios, incluida Barcelona y las grandes ciudades de su área metropolitana.

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Por ahora, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha decretado la emergencia en los pueblos que se abastecen con el acuífero Fluvià-Muga: Agullana, l'Armentera, Capmany, Espolla, Garriguella, la Jonquera, Masarac, Mollet de Peralada, Palau-saverdera, Pau, Pedret i Marzà, Peralada, Sant Climent Sescebes, Sant Miquel de Fluvià, Sant Mori, Sant Pere Pescador, Torroella de Fluvià, Ventalló, Vilabertran, Viladamat, Vilajuïga i Vilamacolum. Los municipios del Baix Camp afectados son Riudecanyes y Duesaigües.

Muchos de estos pueblos ya gastaban más agua de la permitida

Según los últimos datos, del mes de junio, 11 de los pueblos del Empordà que entrarán en la fase de emergencia ya gastaban más agua de la permitida. El caso más flagrante es el de Peralada, que consume 493 litros por persona al día, y deberá reducir hasta los 200 si no quiere exponerse a multas. También tienen consumos por encima de los 400 litros por persona al día Pedret i Marzà y Palau-Savardera, y superan los 300 Vilamacolum, Vilabertran, Viladamat i La Jonquera.

No es la Agència Catalana de l'Aigua quien tiene la última palabra sobre las restricciones: son los alcaldes los que deberán decidir cómo se las ingenian para reducir al máximo el consumo de recursos hídricos. Las posibilidades son, básicamente, quitar presión a los grifos o hacer cortes de suministro durante varias horas al día. Desde el departamento de Acció Climàtica ya han dicho que optan por reducir la presión para que los vecinos no se vean tan afectados en sus rutinas y para que no se genere un efecto llamada y todo el mundo empieze a llenar garrafas o barreños en previsión de posibles cortes.

Las restricciones que se aplican

• Supresión del riego agrícola (se podrá autorizar solo el riego de supervivencia de cultivos leñosos).
• Reducción del 75% del consumo de agua de usuarios industriales.
• Reducción del 75% del consumo de agua en usos recreativos (25% en usos asimilables a urbanos y la supresión total del riego).
• Prohibición de regar zonas verdes de jardines (públicos y privados).
• Prohibición de llenar fuentes ornamentales, lagos artificiales y piscinas de agua dulce.
• Prohibición de limpiar cualquier vehículo, salvo en establecimientos de limpieza específicos.
• Los ayuntamientos, a través de sus planes de emergencia, pueden establecer limitaciones adicionales al uso del agua en instalaciones deportivas y espacios lúdicos.