Interior escoge a Eduard Sallent como nuevo mayor de los Mossos
El Govern asciende al máximo rango al actual comisario jefe, a cuatro horas de cerrar la campaña electoral
Barcelona
Sin sorpresas. El Departamento de Interior ha nombrado mayor de los Mossos d' Esquadra al actual comisario jefe, Eduard Sallent. Y lo ha hecho en tiempo de descuento, a cuatro horas que acabara la campaña electoral, la noche antes de la jornada de reflexión y de que el Gobierno quede en funciones. Se trata del máximo rango de la policía catalana que hasta ahora solo ostentaba el mayor Josep Lluís Trapero.
Sallent ha sido siempre la apuesta preferida de Interior, que aceleró el proceso para poderlo ascender en este proceso de libre designación. La intención de la consellería era blindar al actual comisario jefe ante un posible cambio gobierno, con la intención de evitar revertir el modelo policial que han implementado los últimos años con la confianza de Sallent. Con el movimiento, según fuentes internas, Interior quería blindar a Sallent de un hipotético destierro en un cargo sin peso con la llegada de un nuevo conseller, puesto que un mayor no puede estar subordinado a un mando de menos rango.
El ascenso tenía que ser un proceso administrativo casi protocolario, pero al concurso se presentó por sorpresa otra comisaria, Alícia Moriana, jefa de los Mossos en la Cataluña Central. Antes de encarar la recta final del concurso, esta mañana Moriana ha impugnado las bases del proceso, tal y como ha avanzado SER CATALUÑA. Ha sido antes de que este viernes, el Director general de la Policía, Pere Ferrer, se entrevistara con los dos aspirantes.
Unas horas más tarde, Ferrer ha ultimado un informe para proponer a Sallent como mayor de los Mossos. El ascenso a mayor, sin embargo, no es inmediato. Sallent tendrá que hacer un curso el próximo 21 de mayo en el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña. En esta ocasión, además, el proceso puede tambalearse porque junto a la candidata, los principales sindicatos policiales lo han recorrido entre críticas de opacidad y politización.
Críticas de politización e impugnaciones del proceso: "Envía un mensaje al cuerpo"
A pesar de que era previsible, tanto sindicados como una parte de los mandos del cuerpo se han mostrado sorprendidos y preocupados por las formas en las que se ha hecho la elige. Los sindicatos con más representación de los Mossos que habían recorrido el concurso creen que la decisión hace aumentar las desconfianzas internas y la distanciación de las bases policiales con la cúpula del cuerpo.
"Por la manera como se ha producido, por el momento como se ha realizado, quién más debilidad sale de todo este proceso es el cuerpo de Mossos d' Esquadra porque se ha enviado un mensaje", lamenta el secretario general del sindicato SAP, Pere Garcia que cree que el nombramiento traslada una imagen de politización del cuerpo. "Cuando se hace pública la plaza y todo el mundo sabe que tiene nombre y apellido, y cuando se hace justo antes de unas elecciones en el Parlamento de Cataluña, se le da una lectura claramente política", añade.
También lo critican desde el sindicato USPAC, que prevén pedir al juzgado que paralice el proceso de forma urgente. "Creemos que ha estado la manera más nefasta que se podía hacer. A última hora, en el último minuto, antes de la jornada de reflexión de las elecciones de domingo, cuando no saben si continuarán en el Gobierno", critica Albert Palacio, portavoz del sindicato USPAC. El sindicato critica que el Departamento, en esta ocasión, no haya hecho prevalecer su prioridad de feminizar el cuerpo, un mantra de la actual legislatura.
La figura de mayor: difícil ensambladura a una nueva estructura
En el cuerpo de Mossos d'Esquadra no ha habido siempre un mayor. La figura cayó en desuso al 2007, cuando se jubiló el entonces jefe del cuerpo, Joan Unió. No se volvió a convocar hasta casi una década después. En aquel momento, había un único candidato, el entonces también jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, que fue cesado al 2017 a raíz del 155 y restituido al 2020 por el consejero Miquel Sàmper tras su absolución en la Audiencia Nacional.
La segunda etapa fue corta. Medio año después de que Esquerra aterrizara en la consellería de Interior, el consejero Joan Ignasi Elena lo destituía. Su rango de mayor, por encima del resto de comisarios del cuerpo, hacía imposible incluirlo dentro de la estructura del cuerpo, así que acabó dirigiendo la División de Evaluación de Servicios, que revisa los operativos policiales, y que cuelga directamente de la Dirección General de la Policía.
Con este nuevo nombramiento, y a 48 horas de conocer el resultado electoral, que puede afectar, como ha pasado la última legislatura, a la estructura de los Mossos, algunos mandos alertan que con Sallent puede pasar el mismo: que se acabe relegando a una de las personas de más rango del cuerpo a una tarea de poco peso por la imposibilidad de incorporarlo a la estructura.
La eterna crisis: acusaciones de injerencias
La propuesta de Sallent como mayor reabre la eterna crisis interna que ha acompañado la actual consellería a raíz de acusaciones de intentos de politización. Una herida que se ha abierto cada vez que el consejero ha cambiado de comisario en jefe, y cada vez el nombre de Sallent se ha visto salpicado por la polémica. No han estado pocas veces. En tres años y medio, el cuerpo de Mossos ha tenido tres jefes diferentes.
El primero de ellos, Trapero, cesado porque se va bunquerizar frente a las intromisiones de la consellería en el rumbo de las políticas de seguridad. En su lugar puso una "cúpula coral", formada por el comisario Josep Maria Estela, como jefe; el comisario Eduard Sallent, como cerebro; y la intendente Rosa Bosch, como mano derecha. El cambio a la jefatura provocó un efecto dominó de cambios a la estructura, de donde se desterró a la entonces cabe de la comisaría de investigación criminal, Toni Rodríguez, próximo a Trapero. El movimiento también tuvo lectura política puesto que la exresponsable de investigación del cuerpo acusó Sallent de haber interferido en investigaciones de anticorrupción. El artefacto de la cúpula coral duró poco tiempo. Cuando todavía no había pasado un año, Interior cesaba a Estela. Lo hacía después de un pulso entre Estela y Sallent, en que el primero acusaba el segundo de desleal. La consellería, pero, dio confianza al segundo, a quien ahora ha propuesto por la máxima categoría.
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