Condenan al Hospital Taulí de Sabadell por la muerte de una mujer a la que dieron de alta antes de tiempo
La jueza del contencioso cree que la psicosis por la llegada de la Covid influyó en la decisión de enviarla a casa pese a su delicado estado de salud
Barcelona
Un juzgado contencioso-administrativo de Barcelona ha condenado a CatSalut y al Hospital Parc Taulí de Sabadell a pagar una indemnización de 200.000 euros por daños morales al marido ya los hijos de una mujer que sufrió un ictus y que se ahogó después de que le dieran el alta antes de tiempo. La jueza dice que cometieron una negligencia y cree que lo hicieron en parte por la psicosis que provocó la llegada de la pandemia de Covid.
Marta, una mujer de 46 años, y madre de dos hijos menores de edad, ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Parc Taulí el 20 de febrero de 2020 por un ictus. No podía tragar y cinco días después tuvieron que hacerle una traqueostomía, que es un corte horizontal en la parte de abajo del cuello, con una cánula para expulsar la saliva y la mucosidad. Al cabo de 18 días, la subieron a planta. El 20 de marzo, un mes después de ingresar, le dan el alta. El centro alega que le envía a casa porque los médicos la ven estable a nivel neurológico y por las condiciones que tienen en el hospital en el contexto de la epidemia por Covid. Ella lo acepta. Cinco días después expulsa un coágulo de sangre y mucosidad seca. El 25 de marzo recibe una visita telefónica en la que explica que ha tenido muchas complicaciones, fiebre, mucosidad y sangre. Y al día siguiente, la manejan en el Taulí para quemarle unos granulomas. Dos horas después, cuando ya está en casa, comienza a ahogarse. Su marido llama al 112 impotente. No sabe qué debe hacer. La mujer muere ahogada sin que el SEM pueda hacer nada por evitarlo.
La familia, a través de sus abogados Antoni Pallarès y Maider Ferreira, considera que la víctima recibió una atención sanitaria deficiente pese a sufrir graves problemas para tragar y que la enviaron a casa en el contexto de psicosis de la pandemia. Añaden que le dieron el alta pese a su complicado y delicado estado de salud, sin que ni ella, ni su marido recibieran la información necesaria para manipular la traqueostomía que llevaba en el cuello, y sin indicarles qué pautas debían seguir en caso de emergencia. Tampoco le dieron material necesario para el cuidado de la cánula, ni para aspirar posibles secreciones.
El centro y el ICS alegaron que no había habido mala praxis médica, sino que había muerto por las complicaciones por la dificultad de tragar.
La juez se basa en las anotaciones de los propios médicos de los días previos a darle el alta por considerar que el alta fue precipitada. Además, cuenta con la declaración de una enfermera que confirma que la habitación que ocupaba la víctima era la última que quedaba porque el resto de la planta estaba ya llena de enfermos de Covid. La magistrada añade que la víctima sólo recibió una explicación básica de 20 minutos sobre cómo limpiar la cánula que llevaba en el cuello, pero que su marido no estaba. Las llamadas que hizo la pareja los días posteriores al alta están registradas en el SEM y se constata que no sabía cómo debía cuidar a su mujer, ni cómo debía suministrarle la medicación. Nadie le había enseñado. La jueza cree que si hubiera estado en el hospital habría tenido al alcance unos cuidados profesionales que le hubieran podido salvar la vida. Por tanto, considera que el Parque Taulí de Sabadell le dio el alta antes de tiempo y que cometió una negligencia.
La familia pedía una indemnización de cerca de 450.000 euros a repartir entre el marido de la víctima, sus hijos, la madre de la mujer y su hermano. En diciembre de 2020 presentaron una reclamación patrimonial al ICS. Pero se desestimó por silencio administrativo. Por eso, recurrieron al juzgado contencioso-administrativo, que ahora condena a CatSalut y al Parc Taulí, a través de su aseguradora. Pero la jueza cree que no queda acreditado que la madre de la víctima y el hermano tengan efectos psicológicos por su muerte y, por tanto, desestima que reciban indemnización. Sí acepta que el marido y sus dos hijos, que tenían 17 y 12 años, reciban 200.000 euros por daños morales.