Los topos mexicanos, máximos especialistas en rescates, se unen a la búsqueda de víctimas en la zona cero de la DANA
Centenares de voluntarios, bomberos y policías de varios puntos de España buscan durante este fin de semana a dos niños desaparecidos en el barranco de l'Horteta en Mas del Jutge
Torrent, 12 días después: Los Topos Aztecas se unen a la búsqueda de dos niños desaparecidos
02:48
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1731268739322/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Barcelona / Torrent
"Buenos días a todos y gracias por venir", se dirige un ertzaintza a cientos de personas vestidas con botas de agua, chándal, uniforme o mono de trabajo en un extremo de Torrent, en Valencia. Todos le escuchan mientras se apoyan en un palo, que servirá para hurgar entre la maleza y los escombros arrastrados por el agua en el barranco de l'Horteta de Mas del Jutge. "Nos han pedido que asignemos un policía cada 10 voluntarios, porque en el momento en el que encuentren algo tenemos que hacer un cordón policial", explica mientras los voluntarios se van agrupando.
Durante todo el fin de semana, cerca de 500 personas participan en un dispositivo para encontrar a dos menores de tres y cinco años desaparecidos. Lo integran policías locales, bomberos, policía nacional, Mossos d'Esquadra, Ertzaintza, buzos, militares y también topos aztecas, los voluntarios mexicanos referentes a nivel mundial en rescate de víctimas y supervivientes en los mayores desastres naturales. Un grupo de 31 voluntarios han viajado desde México para sumarse a la búsqueda de desaparecidos, según explica a la SER el jefe de los topos, Héctor Méndez.
"Nosotros tenemos un olfato muy sensible y detectamos si hay algún indicio de descomposición", explica Méndez. "Ya hemos visto mosca canaria. Una mosca de color verde o azul, que nos indica que cerca hay algún cadáver", añade. Enfundados en su mono naranja, cubierto de parches de banderas de las decenas de países donde han colaborado, se centran ahora en revisar las zonas más inaccesibles de la riera.
"Empezamos como especialistas en rescates en áreas confinados y edificios colapsados", cuenta el jefe de los topos. De hecho, se han ganado este sobrenombre animal porque son capaces de meterse entre los escombros y ver en la oscuridad a través de su instinto, olfato y conocimiento. El grupo lo integran bomberos, ingenieros y sanitarios, que cada vez participan más en catástrofes naturales o incluso causadas por la mano del hombre: "hemos trabajado en huracanes, deslizamientos de tierra, desbordamientos de ríos, terremotos y también atentados terroristas como el atentado a las torres gemelas".
El centro de mando en Torrent es una mesa de madera en mitad de una calle, todavía cubierta de barro. Encima de la mesa hay un mapa de la zona, con una cuadrícula dibujada en rotulador rojo. En los cuadritos, uno de los voluntarios apunta números. El de los grupos que rastrean de nuevo la misma zona en busca de Izan y Rubén, de cinco y tres años.
El jefe del dispositivo y el jefe de la policía local de Torrent se acercan al borde del barranco. Al otro lado del hueco, ven la casa donde vivían los pequeños. Poco queda de ella. Apenas un par de muros, convertidos ya en escombros. Hace 12 días, la noche del martes, un camión arrastrado por el agua chocó contra el edificio y derrumbó una pared. El hueco abierto en el muro inundó la casa y arrastró lo que encontró, también a los niños y su padre. El hombre consiguió sujetarse a un árbol y agarrar a sus hijos, peor la fuerza del agua hizo que los niños se soltaran de su mano.
Por tercera vez, buzos, perros, voluntarios e incluso drones mapean la zona para descartar que los niños no están entre los escombros. Lo mismo hacen los topos aztecas, que revisan por tercera vez la misma área para tener la certeza que allí no están los menores. Méndez cuenta que han viajado a España de forma voluntaria y que han cruzado el Atlántico gracias a Iberia, aerolínea con la que se pusieron en contacto y que ha costeado sus billetes. Sin embargo, nadie, a nivel institucional, dice, ni el gobierno central ni el valenciano se ha puesto en contacto con ellos.
Al aterrizar, se trasladaron a las zonas más castigadas por la DANA y se pusieron a disposición de policías y voluntarios que les están acogiendo. "Venimos a trabajar para la gente. No hemos buscado al gobierno, porque no venimos a eso. Venimos a trabajar", concluye Méndez.