"Si no me escuchas, no te pago": 23 familias inician la "primera huelga de alquileres" en Catalunya
23 familias que residen en viviendas de protección oficial en Salou (Tarragona) se niegan a pagar la mensualidad para denunciar que les cobran impuestos que no les corresponden

Uno de los bloques de Salou que ha empezado la huelga de alquileres. / Sindicat de Llogateres

Barcelona
Veintitrés familias de Salou (Tarragona) han empezado lo que denominan "primera huelga de alquileres" en Catalunya después de que, a finales de noviembre, miles de personas salieran a la calle para reclamar una bajada de los precios y una vivienda digna. Los inquilinos, que viven en dos promociones de vivienda protegida gestionadas por La Caixa, han devuelto el recibo del mes de diciembre y, algunos, también el de noviembre. "Es un gesto de provocación", explica Kika Aguilera, vecina de uno de los bloques. "Si no me escuchas, no te pago".
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Los vecinos, asesorados por el Sindicato de Inquilinas, han dejado de pagar entre 350 y 700 euros por piso. Denuncian que la propiedad les está cobrando el IBI -unos 25 euros al mes- de manera fraudulenta. Según una sentencia recién del Tribunal Supremo, es ilegal cobrar este impuesto a los inquilinos de vivienda protegida.
Las personas que residen en los dos bloques de Salou son mayoritariamente familias de clase trabajadora, muchas con trabajos de temporada en el sector turístico. Viven en pisos de dos habitaciones y poco más de 50 metros cuadrados. A partir de enero, las dos promociones serán propiedad del Govern catalán y el Sindicato espera que esto sirva para poner fin a las cláusulas abusivas, garantizar un mantenimiento adecuado de los espacios y firmar nuevos contratos a los inquilinos a los que no se ha querido renovar.

Protestas de los vecinos de un bloque de Salou para parar el desahucio de Kika. / Sindicat de Llogateres

Protestas de los vecinos de un bloque de Salou para parar el desahucio de Kika. / Sindicat de Llogateres
Asimismo, reclaman al ejecutivo que compre otros bloques en situaciones similares, como es el caso de dos promociones en Sentmenat (Barcelona), donde los vecinos han votado en asamblea sumarse a la huelga de alquileres a partir de febrero.
"No podemos vivir con miedo"
"Con miedo no se va a ninguna parte. Nos tienen que escuchar". Con esta contundencia habla Kika Aguilera, que participa la huelga de alquileres del todo convencida. Ella entró al piso con un contrato de alquiler asequible y le prometieron que lo podría renovar pasados cinco años. Un mes antes de finalizar el contrato, le dijeron que se tenía que ir. "Recibía amenazas cada semana", relata. "Me decían: No sabes con quién te estás metiendo, te embargaremos la nómina, contrata a un buen abogado".

Kika y su familia, en el momento de saber que se había aplazado su desahucio. / ACN, Neus Bertola

Kika y su familia, en el momento de saber que se había aplazado su desahucio. / ACN, Neus Bertola
Kika se negó a abandonar su casa. Durante este tiempo, ha evitado todos los desahucios que le han ordenado y, hasta ahora, ha pagado religiosamente su alquiler de 350 euros cada mes. Explica que Caixabank nunca le ha devuelto las transferencias. Eso sí, confía que en enero, con la entrada del Govern como nuevo propietario, podrá firmar un nuevo contrato de alquiler con unas condiciones similares a las que tenía antes.
"Somos la promoción que más guerra ha dado"
Belén Gamera también es vecina de los bloques de Salou. Recuerda que, cuando ella entró, la promoción causaba muy buena impresión. "Había ganado algún premio de arquitectura", explica. "Era todo precioso porque en todas las rejas había plantas". Ahora solo quedan las rejas. "Aquí en el pueblo los llaman los edificios de la cárcel", comenta.
Y las quejas no se terminan aquí. Belén denuncia que tuvieron la puerta del parking estropeada durante muchos meses y que las jardineras eran un nido de mosquitos. "Teníamos las escaleras a oscuras porque no han venido a poner bombillas. Las hemos tenido que poner nosotros", añade.
La huelga de alquileres de ahora no es su primera experiencia de este tipo. Cansados de la decadencia de las fincas, el año pasado los vecinos devolvieron los recibos de los cargos en concepto de mantenimiento que pagaban cada mes. "Nadie nos ha venido a reclamar nada", asegura.

Pol Valero Pallarès
Periodista d'Economia a Ràdio Barcelona. Habitatge, banca, laboral... una mica de tot. Llicenciat en...




