¿Cuál es la diferencia entre las fresas y los fresones?
La cocinera Maria Nicolau resuelve dudas y advierte de aquello que no tenemos que hacer nunca

Maria Nicolau, a la Barra de Bar, explica la diferència entre maduixes i maduixots
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Barcelona
A pesar de que acostumbramos a llamarle fresa, lo que comemos normalmente es el fresón. Del tamaño de una pelota de ping-pong, es el que solemos encontrar en los supermercados o en los restaurantes. La María Nicolau nos explica en la Barra de Bar cuáles son las diferencias.
A pesar de que la más visible es el tamaño, está más relacionado con el origen. Las fresas, de bosque y silvestres, son la variante europea. Los fresones provienen de América, y a partir del siglo XV comienzan a llegar a Europa. Pero no es hasta hace trescientos años que empiezan a circular por nuestro continente. Monsieur Frézier fue enviado por el rey francés Luis XIV a Chile. Allí se encontró con fresones que impresionaban por su gran tamaño. Decidió llevárselo a Europa, entrando por la Bretaña. En este momento se extiende y se empiezan a hibridar, hasta llegar a la variedad de fresón que encontramos hoy en día.
La fresa, que es la variedad original, es más pequeña, y nace al lado de las rieras, en ambientes húmedos. Es más "suculenta y aromática", como explica Nicolau en el Aquí Cataluña. Crecen bajo las hojas que hacen sombra. Es por eso que cuestan tanto de encontrar, y "es tarea de los niños pequeños", añade.
¿Por qué no encontramos fresas en los supermercados?
En los supermercados cuesta mucho de encontrar fresas, principalmente se venden fresones. La María Nicolau nos explica el porqué. Principalmente es porque las fresas son más caras de cultivar, puesto que pesan menos que los fresones, pero ocupan el mismo espacio. Por otro lado, también es difícil encontrarlas en la naturaleza. Las fresas salvajes necesitan ecosistemas sanos para crecer, con márgenes de ríos con diversidad floral y que atraigan animales polinizadores. Pero a causa de la contaminación, la vida en las rieras de los ríos no es suficiente limpia como para que crezcan fresas.
¿Son realmente una fruta las fresas y los fresones?
Este es otro mito que la María Nicolau nos desmiente. Y es que ninguno de las dos es una fruta. La verdadera fruta de la fresera son las aquenios, unas pepitas negras que tienen menos de medio milímetro de calibre. Son muy duras, como piedrecitas, y las podemos encontrar incrustadas a las fresas. En cambio, los fresones y las fresas son una inflamación, un engrosamiento de la base de la flor de la fresera.
María Nicolau también nos da consejos para conservarlas adecuadamente. Como no es una fruta, simplemente una parte de una planta que arrancamos, no puede seguir madurando después de ser recolectada. Cómo dejan de recibir alimentación, se ponen malas en cuestión de pocos días. La mejor manera de evitarlo es "comprarlas de poco en poco", según María Nicolau. Añade dos consejos más: ponerlas dentro de la nevera, pero nunca guardadas en una bolsa de plástico hermética. Tienen que ir en un recipiente que tenga agujeros para permitir la ventilación.




