Silvia Intxaurrondo habla de su enfrentamiento con Ana Rosa: "Me encanta que opine"
La presentadora de La Hora de la 1 ve un enfrentamiento "ficticio" con su rival televisiva, según ha dicho en una entrevista en SER Catalunya después de su primer Sant Jordi con libro

La presentadora de la Hora de la 1, Silvia Intxaurrondo (Barakaldo, 45 años), rehúye la etiqueta de ser una cara conocida de la televisión que saca libro y, en una entrevista en el programa Aquí Catalunya, después de vivir por primera vez Sant Jordi con "Solas en el silencio", ha asegurado que sigue siendo la chica que siempre había querido escribir. La periodista también se ha querido desmarcar del duelo con Ana Rosa Quintana, aunque su rival en las mañanas no haga lo mismo: "Este enfrentamiento es ficticio, pero yo no colaboro en él. A mí no me vas a encontrar en un enfrentamiento con un profesional. Pero claro si hay otros que colaboran...", ha dicho.
Hace unas semanas, Ana Rosa habló de ella en una entrevista en The Objective y dijo que si algo lo decía su competidora era lícito, pero si lo decía ella, no, aunque era ella la que trabajaba en una cadena privada e Intxaurrondo en una pública. La periodista nacida en el País Vasco ha asegurado que le encanta que opine de su programa "y me encanta sobre todo que lo vea". El suyo dice que no lo ve porque no tiene tiempo: "Para que yo vea su programa tengo que salir del programa y verlo, que es lo que al parecer hace ella para opinar; pero yo no me voy a meter, sinceramente, me parece que no es de nivel".
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Al margen de la rivalidad con Ana Rosa, Intxaurrondo ha contado que, durante el día de Sant Jordi, sus lectores le trasladaron que les costaba encontrar en televisión un "espacio donde conversar y con educación". "Parece que se ha perdido el respeto; es de mínimos, pero se ha perdido. En qué momento caímos en estos mínimos?", se ha preguntado. Sus lectores, y a la vez espectadores, le cuentan que la ven porque les gusta que sea calmada, educada y pregunte "desde el respeto".
La entrevista a Núñez Feijóo
Con el revuelo por su entrevista al líder del Partido Popular durante la campaña de las elecciones generales del 2023 y que algunos creen que decantó el resultado de las elecciones, Intxaurrondo ha revelado lo que le dijeron su familia y amigos: "Madre mía, si llevas años preguntado igual; es como si te hubiesen descubierto ahora". Pero no le molesta porque "cuando la gente te recuerda por un momento es probablemente porque hiciste algo que les tocó la mente y el corazón, y es extraordinario.
La periodista no sabe si el momento en el que puso Feijóo entre la espada y la pared fue decisivo en los comicios y que tiene que verlo los expertos y la sociología. Ha añadido que fue una entrevista que "estaba desarrollando como otras" y que si buscas en la hemeroteca de aquí a los últimos 15-20 años las entrevistas son iguales. Yo pregunto como he preguntado toda la vida y he seguido preguntando", ha puntualizado.
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Los silencios de la novela y fuera de ella
La gran protagonista de "Solas en el silencio" es Basilia, una mujer cruelmente maltratada por su marido, el alcalde del pueblo. Y con este personaje y trampa principal, Intxaurrondo denuncia el silencio cómplice con los agresores. "He conocido agresiones actuales de gente que conozco que me han inspirado la agresión que sufre Basilia. Ninguna de las historias son reales, pero todas ellas vienen condicionadas por noticias que he contado o por historias personales que he conocido", ha explicado.
La periodista ha contado que cuando su entorno ha empezado a leer el libro, hay gente que se la ha llevado apartada a una esquina y le han dicho que a sus abuelas también les había pasado. "Y pasa y sigue pasando, y la gente sigue mirando para otro lado y te das cuentas que estas personas lo mantienen en silencio. Y deberíamos hablarlo", ha reivindicado en la entrevista. Le sorprende que "estamos en una sociedad hiperconectada para no hablar de lo que importa" y "no creamos el entorno seguro para personas que acarrean a sus espaldas estas historias familiares".
Según ha dicho, novelas como esta les hacen ver que la culpa no la tenían ellos sino el agresor. "Hablamos de polémicas estériles e imágenes virales, pero no de lo que importa y lo que debemos arreglar". Lo que más le preocupaba de la novela era que la leyera una mujer a la que le hubiese podido suceder lo mismo, pero que le infligió mayor dolor al personaje "para que tuviera más veracidad". En escenas duras dice que he tenido que tragar saliva, pero se ha "emocionado muchísimo en las escenas más bellas".
A los lectores les avisa que cuando entren en su novela "van a sufrir un proceso transformador y una catarata de emociones", "se van a indignar, van a sentir dolor, pero al final van a sentir esperanza y eso los lectores lo tienen que saber". Al final de la conversación, ha contado que ya ha recibido propuestas para convertir el volumen en un trabajo audiovisual o al teatro. Considera que el libro ha dejado de ser suyo e invita a cada uno de los creadores a convertirlo en algo más potente y más emocionante.

Cambio en la manera de contar la violencia machista
Intxaurrondo asegura que ha cambiado su manera de contar los crímenes machistas para humanizar a las víctimas porque la gente "no entiende la importancia del número de víctimas". "Ahora digo que ha sido asesinada, como se llamaba, cuántos años tenía, si era o no madre y donde trabajaba; y cuando uno cuenta la vida de estas mujeres, la vida que hemos perdido, se da cuenta de que tenía un incalculable valor y que podría ser cualquier mujer y tenerla al lado. Pero si no humanizamos a la víctima, no termina de calar".
Silencio también con Gaza
"Yo tengo muy claro que es un genocidio y lo digo", ha querido dejar claro la periodista con lo que está pasando en la franja. El silencio que ella denuncia con la violencia machista también lo ve en "un ataque brutal en un genocidio como el de Gaza" y "nadie podrá decir que no tenía un genocidio retransmitido en directo ante sus ojos. "Está en el silencio más absoluto; veo silencios continuamente cada vez que hay un agresor y un agredido y la gente mira hacia otro lado porque es más cómodo no meterse en el charco" y "el silencio contribuye a generar impunidad sobre un crimen que estamos viendo delante de nuestros ojos". Para la presentadora, vale para violencia machista, los inmigrantes, el colectivo LGTBI y vale para Gaza.
