Mensajes homófobos y relativización del franquismo: grupos ultraconservadores ponen un pie en la escuela catalana
Un ejemplo es la escuela del Carme, en Terrassa, donde hay profesores que afirman: "Franco también hizo cosas buenas" o "Freddie Mercury se merecía morir de sida por gay"

Grupos ultraconservadores ponen un pie en la escuela catalana
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"Son muy sutiles, ni siquiera necesitan impartir clase de religión. Pero van transmitiendo mensajes homófobos y de relativización del franquismo entre los alumnos", apuntan fuentes sindicales de algunos de los centros gestionados por estos grupos. "Utilizan la educación para transmitir sus ideas políticas y sus valores morales", subraya Xavier Rius Sant, experto en movimientos de ultraderecha.
En Cataluña hay muchas escuelas concertadas religiosas. Pero en la mayoría de los casos —salvo en los centros gestionados por el Opus Dei o los Legionarios de Cristo Rey— este hecho apenas tiene impacto en el día a día de las aulas, donde conviven alumnos y también docentes de diferentes creencias. Este era también el caso, hasta hace poco, de la escuela Mare de Déu del Carme de Terrassa, donde 150 familias han contratado a un abogado para intentar revertir el giro ultracatólico y de ultraderecha que vive el centro a raíz de la llegada a la dirección de personas vinculadas a los grupos religiosos Comunión y Liberación y Camino Neocatecumenal.
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El colegio pertenece a la orden de los Carmelitas, que ha delegado la dirección pedagógica en Lluís Seguí, una persona vinculada a ambos movimientos religiosos, en los que tiene un papel muy activo, y que ha impuesto un cambio radical en el proyecto educativo de la escuela. Tal como adelantó el diario El País, la nueva dirección ha incrementado las horas de religión, ha cambiado los libros de texto, sustituyéndolos por apuntes o materiales distribuidos por los docentes, y se han contratado nuevos profesores que han afirmado en clase que "Franco también hizo cosas buenas" o que "Freddie Mercury se merecía morir de sida porque era gay".
Las familias luchan por recuperar su escuela
"Hay un cambio importante en la manera de educar a los alumnos. Están adoctrinando e introduciendo un sesgo ideológico que antes no existía en el Karme", señala Miguel Morales Sabalete, el abogado contratado por las familias y exalumno del centro, quien asegura que los padres no quieren someterse a la voluntad de los nuevos gestores, "que a mitad de partido quieren cambiar una línea educativa y una trayectoria" de más de 80 años. "Las familias no quieren irse, quieren recuperar su escuela de siempre", y con ese objetivo trabajan en dos direcciones: por un lado, piden el amparo del Departamento de Educación, con quien ya han mantenido diversas reuniones y que, según Morales, les ha transmitido que están "ocupados y preocupados, porque no hablamos de cuatro familias, sino de muchas". Y en paralelo, han iniciado los contactos para hablar directamente con el actual prior de los Carmelitas, "que no es consciente de en qué manos ha dejado la escuela".
El prior, de momento, respalda a la nueva dirección. En una carta dirigida a las familias y publicada en la web del centro lamenta la situación "inédita" que vive la escuela, asegura que el centro sigue siendo de la orden carmelita "ni Opus ni Kikos" y niega que hayan recibido ninguna denuncia por comentarios inapropiados de ningún profesor. Que la situación es excepcional se demuestra en el hecho de que en la página web de la escuela se ha creado una pestaña especial donde se desmienten o minimizan todas las quejas y denuncias públicas de los padres.

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Educación sigue recogiendo información
La consejera de Educación, Esther Niubó, anunció en una entrevista en SER Catalunya el pasado 2 de abril que la inspección había abierto un expediente para obtener toda la información sobre el caso. Fuentes del departamento explican que "siguen analizando" las quejas de las familias, con las que se han mantenido varias reuniones.
El director pedagógico del centro, Lluís Seguí, no ha querido responder a las preguntas de la SER ni de El País y desde el centro remiten al documento de preguntas frecuentes sobre esta crisis que han publicado en su web y a los distintos comunicados que han enviado a las familias.
En estos documentos se confirma que el pasado 16 de abril despidieron al hasta entonces director Francesc Rubio "tras la detección de varios incumplimientos graves y culpables de sus obligaciones laborales". El afectado ya ha contratado a un abogado, diferente del que tienen las familias, para recurrir su despido, que considera improcedente.
Estos mismos grupos han tomado el control de otras escuelas
Según la investigación realizada conjuntamente por SER Catalunya y El País, existen otros centros educativos concertados bajo el paraguas de estos grupos ultracatólicos. En el curso 2021/22 la Fundación Educat, presidida por el propio Lluís Seguí, asumió la gerencia de la escuela Santa Isabel de Sant Cugat. También en este caso, las familias del centro se rebelaron contra los cambios en la forma de proceder de la escuela.
Una madre que prefiere mantener el anonimato explica que "de repente todo era Dios y la Virgen", y que el mensaje religioso pasó a impregnar todas las actividades y asignaturas. "Cambiaron las extraescolares, a la psicóloga del centro y hasta al capellán, que pasó de ir dos días al año a tener un papel mucho más activo en la escuela".
Las familias compartían esos días en los grupos de WhatsApp los textos que hacían leer a sus hijos: versiones originales de cuentos clásicos como La pequeña vendedora de fósforos, donde una niña "quiere morirse para estar con Dios", o párrafos de Los viajes de Gulliver donde se dice que a los niños se les educa "para ser honorables, justos, religiosos y patriotas". Al menos una treintena de familias, recuerda esta madre, cambiaron de escuela el curso siguiente.
La misma fundación había comprado años antes el Instituto Liceo Politécnico, originalmente ubicado en Rubí, pero que trasladaron a Sant Cugat. Como en el caso del Carme de Terrassa, se despidió a profesores de toda la vida para contratar a otros más afines a la nueva dirección.
Las otras dos escuelas que están bajo la batuta de estos grupos son la escuela de La Gleva y la escuela Lissach de Santpedor, ambas dirigidas por Ferran Riera, quien está vinculado al grupo católico Comunión y Liberación, un movimiento al que el papa Francisco obligó a renovar sus estructuras de poder. Cuando este movimiento se hizo cargo de la escuela Lissach, en 2015, Educación facilitó de forma excepcional que 13 familias que no estaban de acuerdo con la nueva línea del centro se trasladaran a otro centro educativo. Oficialmente, se dijo que fue "por conflictos con otras familias y con la propia escuela".
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Sorprende que en las webs de estas dos escuelas ni siquiera se indique que son católicas. Un detalle que no es en absoluto menor, porque tal y como subrayan fuentes conocedoras del sector, las escuelas concertadas tienen derecho a tener un ideario diferente de la escuela pública siempre que los padres lo sepan y elijan libremente esos centros.
La ultraderecha catalana también se interesa por las escuelas
No solo los grupos de extrema derecha católicos tienen interés en difundir su mensaje entre niños y jóvenes. Dos de los fundadores de Aliança Catalana también gestionan, desde hace tres cursos, una escuela en Sant Julià de Vilatorta, tal como avanzó Nació Digital. Eduard Llaguno y Maiol Sanaüja, dos de los fundadores de Aliança Catalana, rescataron la escuela El Roser, que había anunciado su cierre.
En este caso, la presidenta del AFA afirma que el cambio en el proyecto educativo ha sido positivo, "porque el centro ahora está más abierto al entorno". El experto en ultraderecha en Cataluña Xavier Rius cree que en este caso, más que difundir sus ideas políticas, lo que buscan es sobre todo "tener un centro para familias catalanas y sin inmigrantes". "No tener un porcentaje de inmigración tan grande como tienen el resto de escuelas de Osona, donde además la mayoría de los inmigrantes son de origen magrebí", explica Xavier Rius, y "hacer una escuela clasista, para familias catalanas de toda la vida".
El lema de la escuela, con el que se publicitan en las jornadas de puertas abiertas, es "la escuela catalana, familiar y de nivel".
Fuentes conocedoras de la realidad del pueblo y de la escuela explican que Sant Julià, sobre todo en determinadas urbanizaciones, es como una especie de barrio rico de Vic. En este municipio de la comarca de Osona, la población inmigrante supone algo más del 5 % del total, mientras que en Vic o Manlleu supera el 25 %, y esto se refleja en las escuelas de estos dos municipios. Recuerdan también que el patronato de la escuela cuenta con un importante patrimonio en terrenos urbanizables.

Soledad Domínguez
Redactora de informativos en Ràdio Barcelona, especializada en Educación. Siempre que me dejan, me cuelo...




