Aragonès insta a Junts a ir de la mano a negociar con Sánchez: "Decían que era traición y a la que han podido lo han hecho"
El expresidente admite que vista la presión de Aena, Fomento y Junts, se tendría que haber opuesto "desde un principio" a la ampliación del aeropuerto

Aragonès emplaça Junts a negociar plegats amb l'Estat: "Deien que era traïció, però quan han pogut ho han fet"
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Este 12 de mayo hace un año del cambio de ciclo político en Cataluña, del momento que certificó la muerte del proceso con el retorno de los socialistas al Palau de la Generalitat tras catorce años de la década dorada del independentismo. Pere Aragonès había decidido avanzar elecciones viendo que se quedaba sin aliados para aprobar los presupuestos. Los comunes le giraron la espalda porque Esquerra se había hecho suyo el compromiso del PSC de impulsar el Hard Rock. El entonces presidente habría podido seguir gobernando sin presupuestos, de hecho, hoy ni Salvador Illa ni Pedro Sánchez gobiernan con prórroga presupuestaria, pero él optó por ir a las urnas a un año de que acabara la legislatura. Y a pesar de todo, un año después es rotundo cuando se le pregunta si se arrepiente: "no, lo más mínimo". Y añade que si hubiera seguido, se habría ido a "una situación de bloqueo", a una "pinza PSC-Junts para imponer una agenda" que no era la suya. Así lo ha afirmado en una entrevista en el programa 'Aquí Catalunya'.
Menos contundente es, en cambio, cuando se le pide si considera que fue un error aventurarse a un gobierno de coalición con Junts. "Fue lo que teníamos", dice con resignación. Bajo el punto de vista del presidente, la confrontación que los de Puigdemont proclamaban para dejar en evidencia la apuesta por la negociación de ERC "era retórica" y la prueba es que "al final, a la que han podido lo han hecho, los mismos que decían que era una traición". La conclusión que extrae es que "no era una cuestión de la negociación en si, es que no lo hacían ellos". Hecho el reproche, sin embargo, añade una propuesta, y es que según él, "ahora sería el momento de negociar conjuntamente" con el gobierno del Estado y "coordinarse para maximizar resultados".
Como ejemplo de la ofensiva PSC-Junts que divisaba Aragonés ahora hace un año y que lo llevó a convocar elecciones anticipadas, ha puesto dos de los proyectos en los cuales coinciden socialistas y postconvergentes, el Hard Rock y la ampliación del aeropuerto del Prat. Sobre esto último, sobre el controvertido debate de si es necesario o no hacer crecer la infraestructura en El Prat, ha reconocido que "habría hecho las cosas de forma diferente". Aragonés ha explicado que cuando llegó al Govern se encontró "una ofensiva de Aena y de Fomento para decir que sí a la ampliación de la tercera pista" y que, en aquel momento, intentó "encontrar un punto de consenso", pero que "las posiciones estaban tan fijadas que no fue posible". Es por ello que argumenta que "viendo que Aena no tenía ninguna voluntad de acuerdo", debería haber estado más tajante: "me tendría que haber opuesto desde un principio, en vez de esperar cuatro meses me tendría que haber plantado de entrada".
Durante la entrevista, el expresidente no ha querido hurgar en la guerra interna dentro de Esquerra. Ha calificado de "correcta" su relación con Junqueras y ha defendido que por "coherencia" una vez anunció que abandonaba la primera línea política, "no tendría ningún sentido estar moviendo los hilos por detrás, quienes mujer la cara es quien tiene que tomar las decisiones". Ha añadido, además, que "no hay motivos" para replantearse su paso atrás. Aragonés se ha referido también al retorno fugaz de Puigdemont el día de la investidura de Salvador Illa. "Me cuesta ver la oportunidad política de venir y volver a marcharse", ha apuntado, "pero el problema fundamental es que la amnistía no se está aplicando".




