El Pacto Nacional por la Lengua prevé incorporar 600.000 nuevos hablantes de catalán en los próximos cinco años

Barcelona

Hace tiempo que explicamos que el catalán no vive su mejor momento. La última encuesta de usos lingüísticos advertía del retroceso del estado de salud de nuestra lengua a lo largo de los últimos años: ahora mismo solo una tercera parte de los catalanes lo usa como lengua habitual. Gobierno, partidos y entidades buscan una solución, con un plan de choque que, entre otros hace hincapié en reforzar la oferta de cursos. Según el contenido, al que ha tenido acceso Ser Cataluña, el Pacto Nacional por la Lengua que se firma este martes en la sede del Institut d'Estudis Catalans se propone un objetivo ambicioso: incorporar 600.000 nuevos hablantes de aquí a 2030, por lo tanto, a lo largo de los próximos cinco años. La voluntad es que el número de personas que hablan catalán aumente por encima del ritmo de crecimiento demográfico.

Lo habitual cuando se habla de Pacto Nacional es que estén la inmensa mayoría de fuerzas del Parlament, sin embargo, no será este el caso. El pacto cuenta con las principales entidades sociales y con una mayoría política (PSC, ERC y comunes), pero no con un apoyo amplio en cuanto a los partidos. La lengua siempre ha sido el denominador común que ha unido a independentistas y PSC, pero esta vez, Junts y la CUP se descuelgan.

El Pacto Nacional por la Lengua se empezó a gestar durante el gobierno de Pere Aragonès y los republicanos pusieron como condición para investir a Salvador Illa que lo recuperara y lo impulsara, algo que debería haber pasado hace tiempo, pero la cosa se ha retrasado porque hasta ahora han intentado que el acuerdo fuera más amplio, que estuvieran también Junts y la CUP. Se daba por sentado que el PP y Vox no estarían, pero se quería contar con postconvergentes y anticapitalistas para hacer el pacto más robusto.

"Junts está haciendo partidismo de una herramienta de país"

En una entrevista en el Aquí Catalunya, el diputado de ERC y negociador del pacto, Jordi Albert, ha lamentado que Junts y la CUP hayan decidido no firmar el acuerdo: "Junts está haciendo partidismo de una herramienta de país, a la CUP, no los he visto nunca firmando pactos nacionales, a pesar de que están de acuerdo con las medidas propuestas". Albert se ha mostrado muy crítico con los de Puigdemont: "No tiene nada que ver con el contenido, tiene que ver con la posición política".

Sobre la voluntad de llegar a los 600.000 nuevos hablantes de catalán en los próximos cinco años, el negociador del pacto lo ha defendido como "factible". Del acuerdo ha dicho que es "vivo" y que es "un buen punto de partida, no un punto final".

El catalán, en emergencia lingüística

Según la vicepresidenta de Plataforma por la Lengua, Mireia Plana, el bajón del catalán tiene tres explicaciones: dejadez institucional a la hora de aplicar leyes lingüísticas, relajación de la sociedad, y una fuerte oleada migratoria.

El filólogo y miembro del Institut d'Estudis Catalans, Magí Camps, ha coincidido: "Ha habido una fuerte inmigración que se ha incorporado socialmente, pero que lingüísticamente no ha encontrado la necesidad de aprender catalán porque no lo necesitaba".

Tanto Plana como Camps han defendido el pacto nacional por la lengua. La vicepresidenta de Plataforma por la Lengua lo ha definido como "una buena idea": "Vuelve a situar el catalán como prioridad de país". Según el filólogo, la situación del catalán solo se puede contrarrestar con "herramientas legales": "El pacto intentará ser una". Con todo, han reconocido que el plan tiene "carencias", y que queda trabajo para hacer, empezando por preparar la respuesta a la sentencia de castellano en algunas escuelas de Cataluña.