El regalo de un móvil: la pista que destapó las violaciones a la niña de 12 años de Barcelona del caso del 'Pelicot catalán'

Barcelona

Las alarmas en la DGAIA —Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia— no saltaron por las fugas frecuentes de una niña de 12 años, ni porque su actitud cambiara, sino gracias a un teléfono móvil.

Según avanzan fuentes gubernamentales a la SER, los educadores del centro de menores donde residía la niña se sorprendieron al verla llegar un día con un teléfono de última generación.

Tenía entonces 14 años y el personal del centro sabía que no podía haberlo comprado ella porque, en teoría, no tenia dinero para hacerlo. Así que le preguntaron de donde lo había sacado y se lo revisaron.

Nunca habrían pensado que estaban ante la pista de la mayor red de pederastia destapada en los últimos años en Barcelona y uno de los peores casos que ha visto en su carrera el magistrado que lleva el caso conocido como el del 'Pelicot catalán'.

En efecto, el móvil era uno de los regalos que había hecho a la menor el hombre de más de 40 años que hacía cerca de un año y medio que la violaba y la ofrecía en redes sociales a otros adultos para que también se sumaran a esas agresiones sexuales que él grababa en vídeo.

Cuando los educadores del centro revisaron el aparato, hallaron mensajes, imágenes y vídeos de Teófilo L.M., el principal líder de la red de pederastia para quien la Fiscalía pide más de 100 años de cárcel, tal y como avanzó la Cadena SER.

Se activaron los protocolos

Fue en ese momento, a partir del hallazgo del móvil de la menor, cuando la Generalitat activó los protocolos por una presunta agresión sexual a una menor de la que tenían la guarda y custodia, y presentaron una denuncia.

El expediente informativo que ha abierto ahora el Govern de la Generalitat deberá aclarar si el caso se detectó tarde, si los profesionales de la DGAIA pasaron por alto algún indicio o si, por lo contrario, se siguieron todos los protocolos.

Para entonces, los Mossos d'Esquadra tenían también una investigación en marcha tras la denuncia, justamente, de un usuario a quien Teófilo L.M. había ofrecido un trío con la víctima. Al ver que se trataba de una menor de 14 años, este usuario —a quien también investiga el juzgado por posesión de pornografía infantil— puso la conversación en manos de la policía.

El móvil no fue el único regalo que Teófilo L.M. ofreció a la menor o las otras víctimas —una decena— que constan en la causa. Según fuentes judiciales, el líder de la red de pederastia ofreció 50 euros a otro niño de 14 años a cambio de sexo así como drogas a adolescentes varones de hasta 17 años a cambio de participar en las orgías pedófilas que organizaba.

Estas víctimas han cumplido ya la mayoría de edad y han declarado como testimonios ante el juez. "En la mayoría de casos, no se trata de niños vulnerables como la menor de 12 años, sino de adolescentes a quienes enredaron", señalan fuentes de la investigación.

De momento, el juzgado de Instrucción 7 de Barcelona solo ha mandado a juicio al líder de la red, Teófilo L.M., mientras sigue investigando en dos piezas separadas los abusos y agresiones de otros 15 adultos que presuntamente violaron a la niña de 12 años, a otro menor o intercambiaron archivos de explotación sexual infantil.

A un paso de ser procesados

Según fuentes judiciales, la quincena de investigados están a un paso de ser procesados por varios delitos sexuales. El juzgado está a la espera solamente del último informe de la unidad de Cibercrimen de los Mossos d'Esquadra que sigue analizando los chats de los acusados. Conversaciones en las que el líder de la red ofrecía y concertaba encuentros con el resto de implicados.

Esas conversaciones deben servir para acreditar que los acusados eran conscientes de la edad de la principal víctima, así como para relacionar los vídeos de algunas violaciones con los autores de dichas agresiones.

Según las mismas fuentes, en la mayoría de grabaciones no se ve el rostro del adulto. Sin embargo, el archivo sí permite conocer el día y la hora en la que se grabó; de modo que los investigadores están cotejando esos datos con los de los chats en los que se citaba a los implicados, que además, en varias ocasiones, comentaban qué les había parecido la violación de una adolescente de 14 años.