La odisea de Afsana y Omar, una familia de refugiados atrapada en Barcelona: "Él no puede entrar en Pakistán, yo no puedo entrar en India y nos deniegan el asilo"
El matrimonio indopakistaní, con tres hijos menores, llegó a Cataluña hace casi seis años, huyendo de amenazas de muerte y del conflicto entre sus países de origen

Omar, Afsana y sus dos hijas pequeñas. / Cedida

Barcelona
Afsana es de Cachemira Libre, la franja de Cachemira bajo administración pakistaní. Su marido, Omar, es de la India. Ambos estados mantienen una disputa abierta desde hace décadas, con varias guerras, por el control de este territorio montañoso fronterizo. Afsana y Omar tienen un hijo y dos hijas, todos menores de edad. El conflicto político y las amenazas de muerte por parte de sus familiares les impiden vivir juntos y seguros en ninguno de sus países de origen.
Su única alternativa para no romper la familia fue la huida. El destino los llevó a Barcelona, donde viven desde finales de 2019. Los cinco luchan para conseguir la protección internacional y obtener la documentación que les permita llevar una vida normal. Sin embargo, hasta ahora, el Ministerio se la ha denegado, según fuentes cercanas, sin tener en cuenta las razones humanitarias.
A pesar de haber nacido en Abu Dabi, Afsana creció y estudió en Azad Cachemira (literalmente "Cachemira Libre") y tiene nacionalidad pakistaní. De joven, regresó a los Emiratos Árabes Unidos, esta vez a Dubái, donde conoció a Omar, nacido en India. Desde hace casi setenta años, ambos estados están enfrentados porque reclaman la región de Cachemira como propia.
A pesar del conflicto, de jóvenes, ni a Afsana ni a Omar les interesaba la política y en 2005 se casaron. “Es un matrimonio que nace del amor”, recuerda Afsana. “Mi familia no aceptaba a Omar y la suya no me aceptaba a mí”, explica. “Yo solo creía en el amor y pensaba que Dubái era un país seguro”, añade.

Mapa del Caixmir. / WikiMedia Commons

Mapa del Caixmir. / WikiMedia Commons
Ambos vivían en los Emiratos Árabes Unidos sujetos al sistema Kafala, que otorga poder a los empresarios para conceder visados y permisos de residencia a los trabajadores migrantes que contratan. En su caso, dependían de la hermana de Omar, también originaria de la India, pero que había conseguido la ciudadanía emiratí al casarse con un alto cargo del ejército, según Afsana, vinculado a la familia real.
Afsana y Omar vivieron doce años en casa de la cuñada, que además era la persona más beligerante contra el matrimonio indopakistaní. Durante ese tiempo, tuvieron tres hijos, que tienen la nacionalidad india: el mayor, Hamad, que ahora tiene 17 años; la mediana, Aisha, de 15; y la pequeña, Reem, de 9.
"Mi familia no aceptaba a Omar y la suya no me aceptaba a mí. Yo solo creía en el amor y pensaba que Dubái era un país seguro"
La presión contra el matrimonio se volvió insoportable cuando, a principios de 2019, Omar sufrió un accidente laboral que, según la pareja, fue provocado por alguien del entorno de la cuñada. Una caída por unas escaleras le causó una fuerte contusión en la cabeza y le dejó un brazo y una pierna paralizados. Omar explica que, desde entonces, sufre dolores de cabeza constantes y pérdidas de memoria. Años más tarde, en Cataluña, un médico le ha reconocido una discapacidad del 73%.
El calvario para encontrar un médico
Tras el accidente, la familia inició un recorrido lleno de obstáculos para que Omar pudiera ser atendido por un médico. Como en Dubái era demasiado caro, Afsana usó sus ahorros para viajar a Pakistán. La cuñada les permitió marcharse con la condición de que los dos hijos mayores se quedaran con ella como garantía.
Sin embargo, en la frontera, los militares detuvieron a Omar y no querían dejarle pasar. “Decían que era un espía indio que venía a conseguir información confidencial”, relata Afsana. “Yo les decía que no, pero no me escuchaban”. Finalmente, les concedieron un permiso de solo quince días para visitar a un médico en Islamabad, pero el doctor no supo decirles qué le ocurría a Omar.
El matrimonio regresó a Dubái y decidió buscar un médico en la India. Esta vez, los problemas fronterizos los tuvo Afsana. “La embajada me denegó el visado. Dijeron que no era posible porque venía del lado de los terroristas”, señala. “Me dijeron: ‘No puedes entrar en la India, ni ahora ni nunca’”, recuerda Afsana, una frase que se le ha quedado grabada para siempre.
Omar sí pudo entrar en el país, acompañado de su hija Aisha, que entonces tenía apenas diez años. Los médicos le diagnosticaron una enfermedad neurodegenerativa causada por un exceso de hierro, que acaba dañando el cerebro.
“La embajada me denegó el visado. Dijeron que no era posible porque venía del lado de los terroristas”
La familia volvió a reunirse en Dubái, donde la cuñada intensificó sus esfuerzos para romper el matrimonio. Obligó a Omar a cederle las acciones de la empresa de electrónica que gestionaban juntos e intentó que Afsana firmara los papeles del divorcio. “Él se irá a la India con los tres niños y se casará con otra mujer”, cuenta Afsana que le dijo su cuñada. “Me pegó, me tiró del pelo e incluso me amenazó con un cuchillo delante de mis hijos”, recuerda entre lágrimas. “Me dijo: ‘Si no firmas los papeles del divorcio, te mataré y acabarás enterrada en el desierto donde nadie te encontrará’”.
La huida, la única forma de vivir juntos
La familia asegura que, gracias a la influencia de la cuñada, la policía de Dubái no hizo caso de sus denuncias. Afsana habló con su hermano, que también vivía en Dubái (ahora refugiado en Canadá), y él le hizo ver que la única opción para vivir con su marido e hijos sin temer por su seguridad era huir a Europa. Les consiguió cinco visados suizos. “El primer vuelo era a Barcelona y vinimos todos”, explica Afsana. Llegaron el 21 de diciembre de 2019 solo con la ropa y los documentos que llevaban encima.
“Mi cuñada me dijo: ‘Si no firmas los papeles del divorcio, te mataré y acabarás enterrada en el desierto donde nadie te encontrará’”.
Sin dinero para encontrar un techo, Omar, Afsana y sus tres hijos menores durmieron varias noches en la calle. Han ido encadenando casas de acogida, con el apoyo de distintas entidades sociales y ayuntamientos. Vivieron un tiempo en un albergue en Premià de Mar y ahora residen en un piso de protección oficial en Barcelona, cerca de la Sagrada Familia. Mientras tanto, Omar ha podido empezar un tratamiento, que ni en Pakistán ni en India le habían podido ofrecer, para intentar frenar el avance de su enfermedad neurodegenerativa.
Fuentes jurídicas cuestionan la denegación del Ministerio
Durante estos años, con ayuda de abogados, la familia no ha parado de solicitar que se les reconozca como refugiados porque no pueden vivir juntos ni en la India ni en Pakistán. Y también por razones humanitarias. Por la situación de sus hijos, que estudian en Cataluña y reciben tratamiento psicológico por el estrés postraumático derivado de la migración. Y por la enfermedad de Omar, que le ha convertido en una persona totalmente dependiente. “No puedo pensar con claridad”, explica. “¿Cuántas veces he querido suicidarme? Pienso en mis hijos y mi esposa y quiero suicidarme”, grita entre lágrimas. Su esposa y su hija mediana le escuchan en silencio.

Los tres hijos de Afsana y Omar nacieron en Emiratos Árabes Unidos y están estudiando en Cataluña. / Cedida

Los tres hijos de Afsana y Omar nacieron en Emiratos Árabes Unidos y están estudiando en Cataluña. / Cedida
El Ministerio del Interior les ha denegado en dos ocasiones tanto el asilo como la protección subsidiaria. La última, el mes pasado. Sin embargo, fuentes jurídicas señalan que la denegación no está bien fundamentada. Incluso, que hay errores e incongruencias. Por ejemplo, dice que está demostrado que Afsana es pakistaní, pero no que sea de la región de Cachemira Libre. Además, aseguran que Afsana podría emigrar y establecerse en India, algo que ella sostiene que ya ha intentado y que por vía legal le resulta imposible.
La intención de Afsana es presentar un recurso de reposición y, posteriormente, otro recurso contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional. Mientras no se resuelvan, la familia podrá tener una documentación válida para vivir en Barcelona. No quieren ni pensar qué harán si les deniegan definitivamente la condición de refugiados. Ni la India ni Pakistán son una opción. Tampoco los Emiratos Árabes Unidos, a pesar de que Afsana nació allí, ya que para obtener la ciudadanía es necesario que uno de los progenitores también la tenga.

Militars pakistanesos patrullen per la carretera després que una bomba matés sis persones a un bus escolar, inclosos quatre menors. / FAYYAZ AHMED

Militars pakistanesos patrullen per la carretera després que una bomba matés sis persones a un bus escolar, inclosos quatre menors. / FAYYAZ AHMED
“Mis hijos me dicen: ‘Mamá, este es nuestro país’”, explica Afsana, y recuerda que se han criado viendo escenas de violencia en casa de su tía. El mayor, Hamad, estudia un ciclo medio de informática y quiere especializarse en ciberseguridad. En Cataluña le han diagnosticado autismo y asma grave. “Está muy estresado y necesita estabilidad”, señala su madre. “Está ilusionado por hacer las prácticas del ciclo, pero para eso necesita tener documentación”.
La hija mediana, Aisha, cursa tercero de ESO y quiere estudiar el bachillerato científico. “Como ya llevo muchos años aquí, estoy muy acostumbrada a la cultura y no la quiero cambiar. Además, todos mis amigos están aquí”, explica. La pequeña, Reem, está en cuarto de primaria en la misma escuela.
Con lágrimas en los ojos, Afsana muestra fotos y vídeos de su pueblo en Cachemira, que ha quedado destrozado por las bombas. Se los ha enviado hace pocos días su padre, que aún vive allí. Un bombardeo dejó parte de la casa en ruinas.
Durante una semana, India y Pakistán protagonizaron una escalada de violencia en la frontera, después de que Nueva Delhi sufriera un atentado terrorista atribuido a grupos vinculados al gobierno de Islamabad y respondiera bombardeando territorio pakistaní. El 10 de mayo, ambos estados acordaron un alto el fuego que, por ahora, se mantiene de forma frágil.

Pol Valero Pallarès
Periodista d'Economia a Ràdio Barcelona. Habitatge, banca, laboral... una mica de tot. Llicenciat en...




