Conducir 25.000 kilómetros hasta Japón: "Al día siguiente de llegar, lloré tres o cuatro veces"

Barcelona

Después de dos meses y medio, 35 países y 25.000 kilómetros, Fabio Belnome (@volatadipeluca) ha llegado por fin a Japón. Su aventura comenzó el 16 de marzo con el objetivo de ir desde Cataluña hasta Japón conduciendo un Fiat Marea del 98; atravesar Europa y toda Asia durmiendo en ese coche que también ha sido su casa. Y durante estas semanas lo ha ido compartiendo todo, día a día, en sus redes sociales: los países que iba conociendo, la gente con la que se encontraba y los obstáculos que dejaban a sus millones de seguidores en vilo por saber qué pasaría con el ‘Marea’, que ya es famoso en todo el mundo.

Cuando Belnome pisó suelo japonés, todo fue demasiado nuevo, se sentía “desubicado” y no fue hasta el día siguiente, cuando se despertó frente a un 7-Eleven y le dieron los buenos días en japonés, que fue consciente de que realmente estaba en Japón: “Ese día lloré tres o cuatro veces”. Esto ha sido este fin de semana, tras un viaje que ha hecho prácticamente dentro del coche, tanto de día como de noche. Lo cuenta en el programa El Balcó, de SER Cataluña, desde Nagasaki, donde ha hecho una parada para descansar. Ahora explorará la parte más rural y natural de Japón, su objetivo y el 36º país de esta aventura.

El camino

El compañero más fiel de Belnome ha sido su coche, el ‘Marea’, como él lo llama. Siempre le han gustado los coches, y ya tenía un canal en redes sobre ellos. Compró su ‘Marea’ de segunda mano por 900 euros y decidió demostrar que podía llegar hasta Noruega. Eso fue el año pasado, con la idea de desguazarlo una vez llegara al país nórdico. Pero su viaje gustó tanto que decidió llevar el ‘Marea’ al siguiente nivel: “Si hay gente que coge ferris para ir a Mallorca, pensé que también habría para Japón”. Dicho y hecho.

Aun así, el camino no fue fácil. Ya el primer día tuvo problemas con el motor, que se había sobrecalentado, y durante todo el viaje se fue encontrando con averías que él solo no podía solucionar: “De mecánica no tengo ni idea”. El peor momento fue cuando, 24 horas antes de salir de Rusia, se le rompió el cárter: “Había que arreglarlo sí o sí, en Rusia no se juega con los visados”. Era un viernes de puente y todo estaba cerrado. Pero su método ha sido infalible: “Sonreír y pedir ayuda”. Y así lo hizo: los dos chicos que conoció y con los que se tomó una cerveza esa noche usaron sus contactos y logró salir con su ‘Marea’, tal como había planeado.

De hecho, lo que más ha sorprendido a Belnome es “la buena gente” que ha encontrado en todas partes: “Todo el mundo quiere ayudarte y desea lo mejor para ti siempre”. Un ejemplo de esto es Irán. Un país al que tenía miedo de llegar, en gran parte porque todo el mundo le había metido miedo hablando mal de él, pero cuando llegó se encontró un ambiente muy bueno y grandes personas que lo ayudaron con todo lo que necesitó. De hecho, esa gente que ha ido encontrando ha sido clave para “recargar la batería social”, que estaba baja tras horas y horas solo al volante.

También le ha ayudado mucho compartir el viaje en redes sociales, donde lo más pedido ahora mismo es ver al ‘Marea’ cruzando Sudamérica. Por el momento, Belnome solo piensa en qué hará esta noche: “Seguiré la carretera mientras llueva, no hay plan, lo que encuentre será bienvenido”. De todo el viaje, Belnome se queda con la buena gente y el orgullo de su familia, que ha estado ahí día a día. La intención, una vez terminado, es volver a Barcelona, pero hay una cosa clara: “El ‘Marea’ no morirá en Japón”. Y volatadipeluca ya se está preparando.