¿Cómo deben adaptarse las ciudades al calor?
Barcelona ha presentado hoy el Pla Calor, que incluye un simulacro en el año 2027 en caso de una ola de calor de 50 grados

Com s'han d'adaptar les ciutats a la calor?
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Barcelona
Barcelona se prepara para adaptarse al calor durante los próximos 10 años. El Ayuntamiento ha presentado hoy el Plan Calor, una estrategia para proteger a la ciudadanía de un aumento de temperaturas que ha sido la causa de la muerte de 500 personas en los últimos dos años en la ciudad. Dentro del Pla Calor se incluye la proliferación de parques con tierra y árboles, más zonas de sombra en el espacio público, la instalación de pavimento reflectante para evitar que las calles absorban la luz del sol, multiplicar las instalaciones con juegos de agua, mejorar el confort térmico de los edificios, climatizar las escuelas públicas o ampliar la red de refugios climáticos. Según el Ayuntamiento, el 99 % de la población tendrá un refugio a menos de 10 minutos caminando desde su casa durante junio y julio, y el 90 % los fines de semana de agosto.
En Lleida, uno de los puntos más calurosos de Cataluña, ya se han alcanzado este verano los 40 grados y ya se trabaja para reducir el sufrimiento de la ciudadanía. Hay 60 refugios climáticos interiores, como centros cívicos u hogares de jubilados, y 35 exteriores, que corresponden a parques y jardines. Además, los comercios ofrecen su espacio y la Paeria reparte materiales refrigerantes a personas vulnerables.
Dentro del plan barcelonés, sin embargo, se incluye una propuesta que no se había planteado hasta ahora en Cataluña. El consistorio ha propuesto un simulacro en el año 2027 para evaluar cómo respondería la ciudad ante una ola de calor de 50 grados.Para Jordi Carbó, meteorólogo, alcanzar los 50 grados en Barcelona “no es plausible”. En la península ibérica no hay datos registrados de estas temperaturas y, además, “no hace falta llegar a tanto”. Barcelona ya ha experimentado escenarios de calor “muy significativos” y en algunos casos el asfalto ha alcanzado incluso los 50 grados. Pero Carbó insiste: con los 35 grados que ya vivimos, el cuerpo ya “pierde capacidad para refrescarse”.
¿Cómo debe ser una ciudad adaptada al calor?
Tomás Sánchez-Criado, antropólogo urbano e investigador del grupo CareNet de la UOC, admite que ciudades como Lleida o Barcelona se encuentran en “un escenario complicado”, ya que no están construidas para reducir el calor y, por tanto, hay que hacer muchísimas cosas. Aunque el Ayuntamiento de Barcelona es “pionero” en medidas para reducir el calor en sus calles, muchas son “insuficientes”. Hace falta más sombra en las calles, abrir permanentemente los refugios climáticos y concienciar a la ciudadanía.
Para Sánchez-Criado, las medidas que se están planteando se hacen desde una “postura técnica” y habría que incluir a la ciudadanía en esta planificación, como ya se ha hecho en el proceso participativo del Plan Calor, pero ampliado:“No es suficiente lo que hacen las administraciones públicas y debemos exigir que hagan más.”

Laura Polo Dalfó
Redactora, productora, reportera i el que faci falta a El Balcó de SER Catalunya. Graduada en Periodisme...




